¿Cómo se descubrió el Mausoleo de los guerreros de Xian? Se cumplen 48 años de este curioso hallazgo
Uno de los mayores descubrimientos arqueológicos fue encontrado por casualidad. A pesar de los saqueos que sufrió el mausoleo, se han podido recuperar muchas de sus herramientas

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Madrid - Publicado el - Actualizado
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Tal día como hoy en 1974, un campesino chino andaba tranquilamente cuando descubrió, por casualidad, el primero de los ocho mil soldados de terracota que se hallaban en la tumba del primer emperador de China, Qin Shihuang Di. La excavación de este hallazgo arqueológico fue muy complicada. Los expertos contemplaban con pesar cómo el pigmento de las estatuas se perdía con el contacto del aire. Afortunadamente, los soldados que mantenían más color fueron trasladadas a un laboratorio que había en el propio yacimiento. Así pudieron aplicar novedosas técnicas que eran capaces de conservar el color original.
Un 29 de marzo de hace 48 años, un hombre llamado Yang Zhifa, se encontró entre la ladera del monte Li y el río Wei, un montículo de arena y piedras que tenía la forma de una pirámide y cuya extensión ocupaba 40 metros. Xian, de la provincia china de Shaanxi ocultaba un mausoleo subterráneo donde se guardaban los restos de uno de los personajes más famosos de la historia china: Zhao Zheng, rey de Qin y primer unificador de China, al que se conoce como Qin Shihuang di, el primer emperador. El lugar era tan inmenso que en su techo se pudo reproducir una cúpula que imitase el Más Allá, donde reinaría su emperador al morir. En el resto del mausoleo se construyó un modelo de los sitios terrenales conocidos.
Un descubrimiento accidental
Varios agricultores de la zona, que excavaban la tierra para encontrar agua, protagonizaron varios relatos sobre descubrimientos arqueológicos a lo largo del siglo XX. Sin embargo, ninguna pudo ser verificada, ya que decían que habían huído o dejado la muestra de los soldados de terracota en el mismo lugar que la habían visto. No fue hasta el año 1974 la fecha oficial del descubrimiento. En ese año, las sequías estaban azotando a los campesinos del lugar. Los hombres estaban tan desesperados por encontrar agua, que comenzaron a excavar pozos más profundos de lo normal.
El campestre trabajador, Yang Zhifa se encaminó junto a sus hermanos al pozo que estaban cavando. El hoyo contaba con más de cuatro metros de profundidad cuando la pala de la familia china golpeó contra algo duro. Observaron una forma circular, así que se imaginaron que sería un cuenco antiguo tapado por la tierra. Hurgó con extremo cuidado para no dañar la cerámica y comprobó que se trataba del cuello de una escultura de terracota. No fue consciente en ese instante del enorme descubrimiento que acababa de realizar, los guerreros de Xian volverían a ver la luz.
¿Cómo acabaron los guerreros sepultados?
Rápidamente se pusieron a cavar en la misma zona en la que estaba la escultura hasta que se toparon con un suelo de ladrillo. Decidieron avisar a las autoridades (sospechando que se trataba de un yacimiento importante) y acudieron a la zona arqueólogos e historiadores. Lo que llamó la atención de los investigadores fue que en los textos antiguos no se mencionaba la existencia de estas esculturas en la tumba del emperador. Pero los cientos de esculturas que simulaban el ejército con el que Qin Shihuang Di unificó China, estaban ahí mismo. Por el momento se han registrado más de ocho mil soldados en las tres fosas que componen el mausoleo, vestidos con el uniforme correspondiente a su rango, pintados y con una altura un poco superior a la real. Cada soldado tiene sus rasgos particulares, no hay dos iguales.
El estudio bibliográfico de los textos de la historia cuentan como, tras el fallecimiento de Qin Shihuang Di, hubo revueltas sociales. En una de ellas, los sublevados se metieron en el mausoleo, lo saquearon y prendieron fuego a las estructuras que cubrían el lugar en su escapada. Por lo que muchos soldados perdieron sus armas o fueron despedazados. Lo que quedó tras el incendio fue sepultado por la tierra, dejando a los guerreros de Xian ocultos bajo tierra. No obstante, los arqueólogos recuperaron espadas no oxidadas y afiladas, debido a que estaban cubiertas con una capa de cromo. Igualmente, se han rescatado ballestas automáticas y puntas de flecha de distintas medidas. Lo que refleja la minuciosidad de sus elaboraciones.