Hace unos años la doctora Sheryl van Nunen, especialista principal en el Departamento de Inmunología Clínica y Alergia en el Royal North Shore Hospital en Sídney, se disfrazó de Grissom (¿se acuerda del líder del grupo de investigadores científicos que en CSI acudían a la escena del crimen?), para encontrar la causa de la avalancha de casos que se estaban produciendo en las playas del norte de Sídney, y que tenían como denominadores comunes: reacciones alérgicas como urticaria y malestar gastrointestinal, después de comer carne roja.

Había un elemento en común más, la reacción alérgica no se producía nada más comer ese tipo de carne sino que comenzaba pasadas entre 6 y 8 horas; y aún otra característica más que unía a todos los casos, todos y cada uno de los afectados, en alguna etapa de su vida, había sufrido una picadura de Ixodes holocyclus.

Era la primera vez que la doctora Van Nunen se enfrentaba a esa gran cantidad de casos, pero no era la primera vez que se ponía delante de un afectado por alergia alfa-gal, más conocida como alergia a la "carne roja"  y que supone un grave problema para los humanos que la padecen. El primer caso lo resolvía a finales del siglo XX. Fue algo aislado, solo reseñable porque era alergia a la carne de mamíferos. Hubo que esperar 20 años para que a su consulta del Royal North Shore Hospital llegaran nuevos casos. Los afectados, destaca la doctora, contaban la misma historia: "Se habían despertado en la madrugada con una terrible anafilaxia o tuvieron una reacción anafiláctica media hora después de comer sin saber de qué se trataba". Todos habían comido carne y ya fuera de res, cordero, canguro, venado o, incluso, búfalo, la reacción era la misma.

¿Cómo se produce la alergia?

La clave son las garrapatas, tanto la Ixodes holocyclus australiana como la Amblyomma americanum que se localiza sobre todo en el sureste de los Estados Unidos y que poco a poco ha ido expandiéndose hacia el Norte y el oeste y se la puede encontrar en Long Island como en Minnesota.

El relato del profesor de alergología e inmunología de la Universidad de Vanderbilt, Cosby Stone, descubridor de que el alfa-gal es tanto un medicamento como la alergia la carne roja, es muy esclarecedor de cómo estos parásitos (a los que podríamos calificar por sus efectos en los humanos como los anisakis de la carne): "Imagina que estás paseando por un bosque, y que esta garrapata se ha alimentado de sangre de vaca, cordero, o cualquier otro mamífero... Después esa garrapata, que transporta alfa-gal, te pica y activa tu sistema inmune, reconfigura nuestro cuerpo y te provoca la alergia".

El alfa-gal es la abreviatura de la galactosa-alfa-1,3-galactosa, un carbohidrato que provoca alergia a la carne. La mayoría de gente que desarrolla esta alergia se da cuenta de esta enfermedad tras consumir carne, que es abundante en alfa-gal aunque esta molécula de azúcar también está presente en ciertos medicamentos que emplean gelatinas elaboradas con derivados de animales como estabilizadores.

La reacción típica al alfa-gal es una anafilaxis tardía (una reacción alérgica grave) de tres a seis horas después de la exposición, lo que difulta el diagnóstico, porque las reacciones alérgicas a otros alimentos como los frutos secos o el marisco es inmediata, comienza en el momento mismo en el que introducimos el alimento en la boca.

Por ello debemos estar atentos a estos síntomas: urticaria, hinchazón de los labios, ojos, lengua, garganta, problemas respiratorios, vómitos, diarrea, aumento del ritmo cardíaco y presión arterial baja, que son reacciones comunes al alfa-gal. 

Incluso puede ser peor con una reacción rápida si el alfa-gal lo introducimos en el cuerpo a través de medicamentos inyectables, que no tienen que pasar por el tracto digestivo. Este problema ocurrió en una paciente que presentó anafilaxia después de recibir la vacuna contra el zoster. Pruebas posteriores de vacunas han revelado que la presencia de alérgenos alfa-gal en vacunas MMR y zoster, que tienen en común un mayor contenido de gelatina y suero de ternera bovina.

Casos en España

Haberlos, haylos como las meigas. Precisamente Galicia es una de las zonas donde se pueden encontrar algunos de los casos de alergia a la carne roja en España. En La Rioja también se han dado casos como especifica la doctora Mónica Venturini Díaz del servicio de Alergología del Hospital San Millán-San Pedro de Logroño en su trabajo de investigación "Alergia a alfa-gal y picaduras de garrapata.La perspectiva española". "En nuestra Unidad, solo hemos diagnosticado a cuatro pacientes de alergia a carne de mamíferos desde el año 2006 a la actualidad. Se trata de pacientes con características comunes a otros casos publicados: refieren el antecedente de múltiples
picaduras de garrapata, la clínica se manifiesta de forma tardía a la ingesta (2 a 5 horas), en forma de anafilaxia grave y existen cofactores en dos de los cuatro pacientes (AINE, ejercicio)".

En el departamento de Atención al Cliente de la página web de la Mayo Clinic, se señala que "los médicos creen que el retraso entre el consumo de carnes rojas y el desarrollo de la reacción alérgica es uno de los motivos por los cuales esta enfermedad se ha pasado por alto hasta hace poco: La conexión posible entre comer un bistec para la cena y la aparición de ronchas en medio de la noche no es nada obvia".

Como los afectados por el anisakis ya no podrán comer pescado crudo el resto de su vida, los alergicos al alfa-gal, no podrán ingerir carnes rojas ni tampoco medicamentos que lleven derivados de reses y mamíferos de carne roja. Sí podran saciar su ansia canina ingiriendo pollo y pavo.

La mejor forma de prevenir esta alergia 

La mejor manera de prevenir el síndrome de alfa-gal es evitar las áreas donde viven las garrapatas, en especial las áreas boscosas, con muchos arbustos y césped sin cortar.

Estas son algunas precauciones que se pueden tomar para disminuir el riesgo de contraer el síndrome de alfa-gal como nos sugiere la Mayo Clinic:

1. Cúbrete. Cuando estés en áreas boscosas o con mucho césped, usa zapatos y pantalones largos metidos en las medias, remeras de manga larga, sombrero y guantes. Sigue los senderos y evita caminar a través de arbustos y césped largos. Usa una correa para tu perro.
2. Usa repelente para insectos. Aplícate en la piel repelente para insectos con una concentración de DEET de 20 por ciento o superior. Los padres deben aplicar repelente a los hijos evitando las manos, los ojos y la boca. Ten en cuenta que los repelentes químicos pueden ser tóxicos, por lo que debes seguir las indicaciones con atención. Aplica productos con permetrina a la ropa o compra ropa pretratada.
3. Haz todo lo posible por eliminar las garrapatas de tu jardín. Elimina los arbustos y las hojas donde viven las garrapatas. Mantén las pilas de leña en zonas soleadas.
4. Busca garrapatas en tus hijos, tus mascotas y en ti mismo. Ten especial atención después de estar en áreas boscosas o con mucha vegetación.
5. Es de gran utilidad ducharse tan pronto como se regresa a casa. A menudo, las garrapatas permanecen sobre la piel durante horas antes de agarrarse. Las garrapatas que no están agarradas pueden eliminarse con una ducha en la que usas un paño de baño.
6. Elimina las garrapatas cuanto antes con unas pinzas. Sostén a la garrapata cerca de la cabeza o la boca con suavidad. No aplastes a la garrapata, tira de ella con cuidado y sin interrupciones. Una vez que quitaste la garrapata entera, deséchala y aplica un antiséptico en la zona de la picadura.