En España y hasta la irrupción de la covid-19 la educación en casa ha sido una práctica residual. Ahora y en plena pandemia el interés por el homeschooling ha crecido. Sin embargo sus protagonistas, unas 4.000 familias en nuestro país, explican a COPE que su modelo sin colegio ni libros de texto nada tiene que ver con una necesidad puntual como la generada durante el confinamiento sino con el convencimiento y el compromiso por un aprendizaje libre y totalmente personalizado.

Su problema, como el de los padres que este curso han decidido no llevar a los niños al colegio por miedo a posibles contagios, es que en España la escolarización es obligatoria entre los 6 y los 16 años y que la educación en casa no está regulada.

“En muchos países de nuestro entorno como Portugal, Francia, Italia, Irlanda o Estados Unidos es legal educar en casa o esta regulado pero en España no, estamos, en principio en una situación de alegalidad” nos cuenta Alejandro Muñoz al frente de la Asociación para la Libre Educación.

Un vacío legal en nuestro país que puede tener consecuencias: “las familias que optamos por este modelo de educación tenemos, en ocasiones, que enfrentarnos a los servicios sociales, a un expediente solo por el hecho de no estar escolarizados nuestros hijos y la posibilidad de que nuestro caso pase a Fiscalía de Menores” señala Muñoz.

En la práctica y como subraya Sara García de 35 años también madre homeschooler son pocas las condenas porque con este tipo de educación “es fácil demostrar que nos ocupamos de nuestros hijos las 24 horas los 7 días de la semana”.

Pero para estar tranquilos desde A.L.E. Piden que se regule y que se permita a los padres elegir la educación en casa para sus hijos, un modelo que se hacen cargo “no es para todos”. Lo que quieren según Muñoz es que “no se confunda educación obligatoria con escolarización obligatoria”

¿Cómo educan estas familias?

Tanto Alejandro padre de una niña de 5 años como Sara madre de una niña de 9 no han llevado nunca a sus hijas a un colegio, ellas tampoco se lo han pedido y los dos coinciden en señalar que si se lo pidieran lo harían pero, de momento, están satisfechos con el aprendizaje en casa que se basa, explican a COPE, en el interés del menor.

Consideran que la curiosidad de los niños es innata y que sistemas más libres de aprendizaje y más individualizados centrados en lo que los niños o adolescentes quieren realmente aprender son más eficaces y hacen de ellos personas con más iniciativa que los contenidos obligatorios, los horarios escolares o el pasar horas en un pupitre repasando diferentes libros de texto. Aprenden subrayan por motivación propia más que por obligación y los padres se emplean a fondo para facilitárselo en casa y también fuera.

“Mi hija de 5 años ahora mismo sabe sumar, restar, leer y escribir porque le ha interesado. Sabe donde están situados muchos países del mundo, dónde está situada la Antártida que fue el punto de partida para explorar el globo terráqueo que ahora maneja bien”, señala Muñoz.

Y lo mismo ocurre con Elisa de 9 años que ya habla varios idiomas puesto que es un ámbito que desde pequeña despertó su curiosidad.

“Empezamos a generar dinámicas en inglés en casa con lo poco que yo sé y con lo que sí sabe su padre y con la televisión siempre en versión original ya sean contenidos educativos o lúdicos” señala su madre.

Para los padres optar por este tipo de educación no es nada sencillo y es que como señala Sara “el homeschooling es un modo de vida” en el que los padres “no son profesores sino meros acompañadores del aprendizaje de sus hijos”.

Cuando los padres no saben del área en el que sus hijos desean progresar se organizan para que personas que sí tienen los conocimientos se los puedan aportar. A Sara le ha ocurrido recientemente con unas plantas marinas que para ella eran imposibles de identificar y de los temas de historia se encarga principalmente su marido mientras que ella asume más bien los artísticos.

“Si ninguno de los dos disfrutamos con ese tema o nos vemos preparados pues directamente delegamos o buscamos una persona que si tenga esos conocimientos” puntualiza Sara.

Para poder ocuparse plenamente de la educación de Elisa esta familia se mudó a una localidad de la costa en Castellón donde es más fácil que su hija socialice con otros niños y donde la vida es más asequible que en las grandes ciudades ya que durante los 7 primeros años Sara dejó su trabajo y solo su marido ha obtenido los ingresos necesarios para vivir gracias al desarrollo de páginas web, una actividad que puede en parte hacer desde casa.

“Nos cambiamos a zona rural para que el alquiler fuera más asequible y la vida más barata y sencilla, sin lujos ni extras. Nosotros hemos tomado una decisión y nuestra decisión fue acompañar a nuestra hija en su educación y en su proceso de desarollo” nos cuenta esta joven madre.

Con familias numerosas el método señalan también funciona “siempre serán menos en casa que en una clase”.

No temen por la socialización de sus hijos porque se reúnen con otros homeschoolers o con niños de la misma urbanización o del mismo bloque que en general considerar que “tienen suerte de no ir al cole lo cual tampoco es una motivación”. Tampoco están centrados en el futuro sino en el presente porque confían en que con sus capacidades sus hijos saldrán adelante.

La mayoría lo hace y desarrolla carreras artísticas, creativas o empresariales. Retornar al sistema escolar tampoco es imposible. Entre los 6 y los 16 se integran en el curso que por edad les corresponde. Pueden también examinarse por libre de la ESO y hacer el bachillerato. A partir de los 16 la situación se complica un poco. Ya que hasta los 18 años no podrían examinarse del bachillerato.