Los 10 terremotos de mayor magnitud de la historia: el lugar que ocupa el de Rusia en Kamchatka

En Chile, en 1960, se registró el de mayor magnitud en la Escala Richter, así como se tienen registros de otro en China en el que el sismo acabó con la vida de más de 800.000 personas

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Daños por terremoto en Puerto Príncipe, Haití

José Manuel Nieto

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El terremoto de magnitud 8,8 en Rusia, registrado el 29 de julio de 2025 en la península de Kamchatka, ha sido calificado por los expertos como uno de los más intensos del último siglo. De hecho, figura ya entre los 10 terremotos más fuertes de la historia según la escala de magnitud de momento. La noticia ha puesto en alerta a países de todo el Pacífico, desde Japón hasta Hawái, debido a la amenaza de un tsunami a gran escala, tal como ha recogido la Cadena COPE.

El epicentro del terremoto se situó en una zona de alta actividad sísmica donde la placa del Pacífico choca contra la euroasiática, provocando una gran liberación de energía que se ha traducido en evacuaciones masivas y alertas internacionales. Según la Agencia Geológica de EE.UU. (USGS), por sus características, este evento es comparable con el devastador terremoto de Chile de 2010, que también alcanzó una magnitud de 8,8.

Pero, ¿en qué lugar queda este fenómeno en la cronología de los seísmos más destructivos? Para responder a ello, conviene repasar otros episodios históricos que marcaron el antes y el después en la historia de los desastres naturales.

El ranking sísmico

El más potente jamás registrado fue el terremoto de Valdivia en Chile, el 22 de mayo de 1960, con una magnitud de 9,5. Fue tan fuerte que reconfiguró el paisaje del sur chileno y generó un tsunami que cruzó el Pacífico, dejando víctimas incluso en Japón y Hawái. Ese récord permanece imbatido desde hace más de seis décadas.

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Miles de personas fallecieron en Chile tras los daños causados por los terremotos en Valdivia. Se estima que más de tres mil personas perdieron la vida en la serie de terremotos que devastaron vastas zonas de Chile.

En segundo lugar se sitúa el terremoto del océano Índico de 2004, de magnitud 9,3, que arrasó las costas de Sumatra y causó más de 230.000 muertes en 14 países, debido principalmente al maremoto que provocó olas de hasta 30 metros de altura. También está en la memoria colectiva el gran terremoto de Japón de 2011, con una magnitud de 9,1, que derivó en el desastre nuclear de Fukushima y dejó más de 22.000 fallecidos.

El seísmo en Rusia, entre los más potentes

La lista la completan otros seísmos como el de Alaska en 1964 (9,2), el de Kamchatka en 1952 (9,0) o el de Arica en 1868, en la costa peruano-chilena, también con una magnitud estimada de 9,0. Estos eventos son considerados hitos en la historia de la sismología, y el reciente terremoto de Kamchatka en 2025, igualando la magnitud del de Chile en 2010, se incorpora a ese panteón de catástrofes naturales.

Sin embargo, no siempre la magnitud está relacionada directamente con la mortalidad. El caso más extremo lo ofrece China en 1556, cuando un terremoto de magnitud 8,2 causó más de 830.000 muertes en la provincia de Shaanxi. En tiempos más recientes, otros terremotos en China (1920 y 1976) o en Haití (2010) provocaron cientos de miles de víctimas a pesar de tener menor magnitud, debido a la falta de preparación, la pobreza estructural o la debilidad de las infraestructuras.

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El palacio presidencial fue destruido tras un terremoto de 7,0 Mw que azotó Haití el 12 de enero de 2010 y causó daños catastróficos.

Para comprender mejor estos fenómenos y su distribución en el planeta, el Instituto Geográfico Nacional ofrece en tiempo real un mapa interactivo con los puntos de actividad sísmica. Además, la posibilidad de predecir estos desastres sigue siendo una cuestión controvertida en la ciencia. Como explican los expertos en este reportaje de COPE, aún estamos lejos de tener capacidad para anticiparlos con precisión.

En todo caso, lo ocurrido en Rusia recuerda que vivimos sobre una corteza en constante movimiento. El geólogo Juan Pablo Canitrot ya advertía en La Linterna que fenómenos así pueden suceder en cualquier zona tectónicamente activa del planeta, y que lo importante es que la sociedad esté preparada para afrontarlos.