Los programas de televisión cada vez empiezan más tarde para descontento de los espectadores, que canalizan su indignación a través de las redes sociales. “Lo que más me sorprende es que es la una y diez de la mañana y hay gente”. Así se pronunció la directora de la Academia de 'Operación Triunfo' el mismo día que se estrenó la última edición del 'reality' en TVE. Eran las 11 de la noche cuando Roberto Leal daba inicio a la gala 0 y dos horas después aún no se conocía quién iba a ser el último concursante en cruzar la pasarela.

El caso de 'Operación Triunfo' no es aislado. Lo mismo sucede con el resto de programas, series y concursos tanto de la televisión pública como de las cadenas privadas. El 'prime time' en España -el horario de máxima audiencia- es una burla para el descanso que a los directivos no les interesa adelantar.

A MÁS DURACIÓN, MÁS AHORRO Y AUDIENCIA

Una de las razones es de carácter económico. A diferencia de lo que sucede en Europa, donde el 'prime time' empieza mucho antes -en Inglaterra en torno a las 18:00 horas, en Francia a las 19:00, en Alemania a las 20:00 y en Portugal a las 20:30, por ejemplo- en España se ha retrasado hasta las 22:40 -23:00. Como explica José Luis Casero, presidente de la Comisión para la Racionalización de Horarios, con ello las cadenas ahorran el 'late night', o lo que es lo mismo, la realización de programas para un público trasnochador como los desaparecidos 'Crónicas Marcianas' o 'En el aire', ya que el 'prime time' puede extenderse hasta las 02:00 de la madrugada. Así sucedió, por ejemplo, con la última final de 'MasterChef Celebrity'. No fue hasta las 02:15 de la madrugada cuando Saul Craviotto se proclamó ganador.

Además de la parte económica, está la programación: el 'access prime time', que es la franja horaria que se extiende desde las 21:30 hasta las 22:30 y que sirve como gancho de audiencia para el programa estrella del día. Es el caso de espacios como 'El Hormiguero' o 'El Intermedio'. Según Casero, las cadenas alargan los contenidos del 'access' para retener a la audiencia. Su ubicación en la parrilla les permite, además, aumentar la cuota de pantalla -el porcentaje de espectadores que está viendo un programa de televisión- y, con ello, los ingresos por publicidad.

El 'access prime time', que nació en España en 1998 con el programa 'El Informal' de Telecinco conducido por Javier Capitán y Florentino Fernández, entonces duraba quince minutos y no consistía más que en una antesala del 'prime time'. Hoy, sin embargo, puede superar la hora de duración. Como refleja José Miguel Contreras, directivo de 'La Sexta' y catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos en un trabajo en colaboración con el Gabinete de Estudios de Comunicación Audiovisual (GECA), el 'prime time' ha sufrido un retraso de más de una hora en los últimos 25 años. Solo hay que echar la vista atrás para comprobar que series como 'Farmacia de Guardia' o 'Periodistas' comenzaban a las 21:30, algo impensable en la actualidad.

EL MAL EJEMPLO DE LA TELEVISIÓN PÚBLICA

“Hay muchos intereses económicos en juego para cambiar esta situación”, dice el presidente de la Comisión para la Racionalización de Horarios. Casero critica especialmente que la televisión pública siga “las artimañas” de las cadenas privadas en lugar de competir con ellas mediante “contenidos de calidad de los que la sociedad se sienta partícipe”. A pesar de la eliminación de la publicidad, RTVE ha contribuido a retrasar el 'prime time' alargando el telediario con la información meteorológica, cuando debería abanderar la lucha por la conciliación de horarios.

RTVE sigue las artimañas de las cadenas privadas en lugar de competir mediante contenidos de calidad

LOS RIESGOS DE TRASNOCHAR PARA LA SALUD

Desde la Sociedad Española del Sueño explican que el legislador debe promover horarios de televisión responsables por tratarse “de una cuestión de salud pública”. Así se pronuncia su vicepresidenta, la neumóloga Patricia Lloberes, que explica que el 'prime time' es en parte responsable de que la ciudadanía reduzca el tiempo que destina al sueño. Las consecuencias son cansancio, baja productividad, alteraciones en la memoria y en el humor, somnolencia y, en casos extremos, se pueden generar problemas cardiovasculares o patologías del sueño como la narcolepsia. Ello al margen de los accidentes de trabajo o de tráfico que pueden tener lugar.

Lloberes pone el foco en los preadolescentes y adolescentes que se quedan delante del televisor esperando el final de la serie, 'reality' o 'talent' de cabecera. A su juicio, los padres tienen que tener en cuenta que al día siguiente su proceso de aprendizaje disminuirá.

Además, llama la atención sobre el trastorno de retraso de la fase del sueño que se caracteriza por una dilación estable, habitualmente de más de dos horas, en el inicio y final del sueño respecto a los horarios convencionales. Clínicamente los pacientes -generalmente adolescentes- presentan insomnio a la hora de acostarse, con gran dificultad para levantarse por la mañana. “Se genera así una privación crónica de sueño que se manifestará con somnolencia diurna, fatiga, falta de atención, afectación del rendimiento escolar o absentismo escolar”, concluye la experta.