Mel tiene un sueño grabado en la mente: llevar al Betis a Europa. Y lo descubre abiertamente: "Mi sueño es poder jugar en Europa con el Betis siendo entrenador. Sería maravilloso, sobre todo estar en Europa". Pero el técnico no quiere ir más allá. Prefiere acercar los sueños a la realidad: "Lo de los títulos aún nos pilla un pelín pronto. El club va a seguir dando pasos y avanzando hacia adelante. Depende que sigamos haciendo las cosas bien para poder optar a grandes cosas. Llegué pronto a Primera División, me fue mal y me ha costado volver. Gracias a Dios he vuelvo con el club de mi vida. Si soy capaz de seguir entrenando a este equipo y estar en Europa sí que seré feliz”. El técnico aprovecha esta fecha tan señalada y el buen momento que vive en el Betis para mirar hacia atrás y repasar su trayectoria: "Recuerdo una conversación con Rafa Benítez. A los dos nos habían destuido y nos encontramos viendo trabajar a Luis Aragonés, que estaba con el Atlético de Madrid, y me dijo: 'Ahora eres entrenador'. Son experiencias que tienes que vivir, no te las pueden contar, debes sentirlas y padecerlas, es cuando te das cuentas de lo que has hecho y haces mal y de lo que has hecho hasta el día que te echan”. Sus mejores momentos los ha vivido en territorio bético: “En mi época de futbolista, era un Betis precario en lo económico, muy humilde. Lo más que pude saborear fue un ascenso, y ser máximo goleador. Fue un año precioso. El ascenso con el Rayo también fue importante, veníamos de mucho tiempo intentándolo. Y por supuesto, el ascenso con el Betis a Primera División. Son los momentos más bonitos porque los compartes con la gente. Los éxitos individuales no tienen tanto sentimiento como los otros”. Por último, Mel muestra su agradecimiento al trato recibido por la afición con la que se siente en deuda: "La afición del Betis es humilde, muy generosa. Tenemos la obligación de devolverles la alegría que ellos no tienen en otras casos. En lo profesional, me siento en deuda porque la gente me quiere mucho. Como socio y seguidor tengo doble responsabilidad. Cuando dejo la parte profesional, a mí me duele todo lo que le pasa al Betis porque es mi club. Cuando las cosas van mal, no estoy de muy buen humor”.