Fuego para combatir el fuego: así funciona la técnica que están usando algunos bomberos para luchar contra los incendios en España

Los cortafuegos siguen siendo el primer muro invisible para detener el fuego mientras el Gobierno está de vacaciones. Así funcionan y de esta manera los bomberos pueden atajar algunos focos

EFE

Lucha contra el fuego en el incendio que calcina Oimbra (Ourense)

Luis Arenas

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Los incendios vuelven a ser los protagonistas del verano en España. Con temperaturas cada vez más altas y sequías más prolongadas, miles de hectáreas de monte y campos agrícolas se han visto reducidas a cenizas en pocas semanas.  En algunos casos, pueblos enteros han tenido que ser evacuados para evitar tragedias mayores. 

En medio de esta lucha desigual contra el fuego, los cortafuegos se han convertido en una de las técnicas más eficaces para frenar el avance de las llamas. 

¿cómo funcionan?

Un cortafuego es una línea de defensa en una franja de terreno de ancho variable, libre de vegetación, que se traza en zonas estratégicas para interrumpir la continuidad del fuego.

Al eliminar el material combustible (hierbas, arbustos y árboles) se corta la "gasolina" que alimenta al incendio y así se crea una oportunidad para que los equipos de extinción puedan controlarlo

Un técnico de prevención contra incendios forestales explica que "sin cortafuegos sería prácticamente imposible contener muchos de los grandes incendios que vivimos hoy en día, son como muros invisibles que obligan al fuego a detenerse o al menos perder intensidad". 

Tipos de Cortafuegos

Aunque a grosso modo se piensa de ellos que son solo como franjas de tierra quemada o despejada, los cortafuegos no son todos iguales, pueden ser muy distintos según el terreno y la estrategia: 

  • Naturales: ríos, acantilados o zonas rocosas donde el fuego no puede propagarse.
  • Artificiales: franjas abiertas con maquinaria que elimina la vegetación.
  • Verdes: barreras de vegetación resistente al fuego, como césped especial o especies autóctonas que frenan la propagación.
  • De caminos o de carretera: infraestructuras que cumplen doble función, como acceso para los bomberos y línea de defensa. 
  • Químicos: uso de retardantes que se aplican desde tierra o aire para disminuir la inflamabilidad.
  • El ancho de estos cortafuegos suele variar entre 5 y 20 metros, aunque en zonas de alto riesgo pueden superar los 30 metros para asegurar su efectividad.

     ¿Por qué son tan importantes en verano?

    En lo que llevamos de agosto, España ya ha superado las 300.000 hectáreas quemadas, según datos del servicio europeo de vigilancia. Solo en la última semana, comunidades como Galicia, Castilla y León o Extremadura han registrado focos que avanzaban con rapidez debido al viento y a las altas temperaturas.

    En este contexto, los cortafuegos no solo son útiles para contener incendios ya declarados, sino también para prevenir que los pequeños focos se conviertan en catástrofes aún mayores. Al estar trazados en zonas estratégicas, permiten que el fuego no llegue a pueblos, carreteras o líneas eléctricas.  Al final son como carreteras invisibles que incluso pueden ayudar a los bomberos a entrar y establecer puntos de control. 

    El ContraFuego

    El contrafuego es una técnica más controvertida, que consiste en prender un fuego controlado en una zona para que al encontrarse con el incendio principal, este se quede sin más combustible. Es una maniobra que solo pueden ejecutarse los equipos especializados y bajo condiciones meteorológicas muy concretas y controladas. 

    EFE

    Vecinos y bomberos intentan aplacar el fuego que afecta este viernes a Cualedro (Ourense, Galicia)

    Este verano, algunos vídeos en redes sociales han generado confusión y alarma al mostrar a personas encendiendo fuego como supuesta medida de prevención. Los expertos insisten que solo personal autorizado puede realizar contrafuegos, y hacerlo sin conocimiento puede desencadenar un desastre aún mayor. 

    Sin embargo, ante la poca acción del Gobierno actual, es al final el pueblo, como siempre, el que se las tiene que solucionar por su cuenta. Desde muchos pueblos afectados se repite la misma queja "la falta de apoyo real por parte del Gobierno" y más cuando se tienen medios que pueden dar una gran ayuda. 

    Agricultores, ganaderos o vecinos denuncian que una vez más son ellos quienes deben organizarse y responder con la ayuda de los equipos profesionales. Esto ya ocurrió con la DANA. Se sienten abandonados y menospreciados, "nos critican a los cazadores o a los que vivimos del monte, pero al final somos quienes lo cuidamos durante todo el año"

    El problema de los cortafuegos

    Uno de los grandes problemas de los cortafuegos en España es su mantenimiento. La vegetación vuelve a crecer con rapidez, y si no se limpia de manera periódica, la franja pierde efectividad. Algunas comunidades autónomas han aumentado el presupuesto para reforzar los trabajos de prevención. 

    Sin embargo, hay sindicatos de bomberos forestales que denuncian los retrasos y las zonas abandonadas que se convierten en un riesgo. Al final un cortafuego sin mantenimiento no es cortafuego, es simplemente un camino cubierto de maleza que puede arder igual que el monte. 

    Futuro de adaptación y prevención

    El cambio climático ha hecho que la temporada de incendios en España se alargue y sea más intensa. Los expertos coinciden en que el país necesita no solo más cortafuegos, sino también una gestión integral del territorio, recuperar usos agrícolas y ganaderos tradicionales que mantenían el monte limpio, invertir en reforestación con especies más resistentes y promover la educación ciudadana en cuanto a la prevención.

    Mientras tanto, este verano los cortafuegos siguen siendo la primera barrera para salvar pueblos, cultivos y vidas humanas. Una herramienta que, aunque invisible para muchos, marca la diferencia entre un incendio controlado y una tragedia nacional como ya se está viviendo.