Hoy es una de esas jornadas en las que Bruselas pone firmes a las economías de la Unión Europea. La primera conclusión es que la economía europea va a crecer menos que lo previsto tan solo hace tres meses. Esta ralentización del crecimiento también va a afectar a España.

En 2019 la economía española va a crecer un 2,1 por ciento lo que supone una décima menos que lo previsto. Esa décima menos se va a mantener en 2020 cuando la economía crezca un 1,9 por ciento.

El Ejecutivo comunitario asegura que esta desaceleración se debe sobre todo a la ralentización del consumo privado y al tiempo que aumenta el ahorro de los hogares. Además, la Comisión Europea recuerda que se va a frenar la creación de empleo debido al aumento del salario mínimo en España. Unos datos que ponen de relieve que termina los años de fuerte crecimiento en España y también en el resto de Europa.

De todas formas estos datos pueden generar cierta tranquilidad si se mira al resto de capitales europeas. Italia es el caso más sangrante, va a crecer un punto menos de los previsto este 2019. Ahora mismo, sin duda alguna, es el gran problema de la economía europea.

También va a crecer menos Francia y Alemania, las dos potencias europeas que también están viendo cómo se ralentiza poco a poco su economía. 

La proyección de la Comisión para este año es ligeramente más pesimista que la del Gobierno, que estima que el Producto Interior Bruto (PIB) avanzará un 2,2 % en el ejercicio