Llevamos años hablando del ague de las placas solares en viviendas, empresas, pero parece que este verano sí, se puede hablar de un verdadero 'boom'. Es lo que aseguran las empresas instaladoras de la comunidad, que estan haciendo este mes su particular 'agosto'.

La situacion en Ucrania, la inflación y la incertidumbre por lo que pueda pasar durante los meses de invierno explican el incremento de instalaciones en estos meses de verano. "Hay nerviosismo entre la gente ante lo que pueda pasar, y como ven que dan resultado, quienes tienen ahorros deciden acometer una inversión para reducir su factura", explica Daniela Martin, de Fotoenergy.

En esta empresa, en los últimos meses, la demanda de instalaciones fotovoltaicas se ha duplicado. "Comunidades de vecinos, empresas, pero sobre todo son familias que viven en casas unifamiliares", afirma.

El fuerte coste inicial de la instalación, unos 6 mil euros de media, y del tiempo que se necesita para recuperar la inversion que como minimo son 2 años no están siendo 'obstáculos' ya que el ahorro en la factura puede llegar hasta un 60 por ciento.

Martín cuenta que la demanda también esta encareciendo el coste de las instalaciones solares. "La crisis de suministros y la fuerte demanda están provocando que tengamos lista de espera de hasta un mes", asegura.

También ayuda el impulso que las administraciones están dando al autoconsumo. "Las subvenciones, los fondos del plan Next Generacion y tambien las deducciones en la renta y las bonificaciones del IBI son un atractivo para muchos clientes".

CONFLICTO EN COMUNIDADES DE VECINOS

Sin embargo, la instalación de placas solares también genera controversias, sobre todo, entre las comunidades de vecinos. La normativa en ese sentido es clara. Desde el Colegio de Administradores de Fincas de Madrid, Noelia Mochales explica que "la ley está portenciando este tipo de iniciativas renovables" lo cual dificulta la posición de aquellos vecinos díscolos.

"Ya no se necesita una mayoría de 3/5. Con mayoría simple es suficiente. Con lo cual, aunque haya vecinos que no quieran, tendrán que aceptar las placas, las obras y, por supuesto, la derrama".

En caso de negativa, tampoco vale la opción de que un vecino se instale las placas para sí mismo. "No es factible", matiza Mochales. "Es muy difícil individualizar este tipo de instalaciones. Tiene que haber consenso para que todo el mundo se aproveche".