Confeccionado como si de una tienda de un centro comercial se tratase; con ropa de mujer y de hombre, utensilios para bebés, probadores y hasta un vestido de novia. Con una diferencia, aquí la ropa no cuesta dinero y solo se da a las personas mas necesitadas, en riesgo de exclusión social, drogodependientes o en el umbral de la pobreza, que acudan a través de asociaciones como Cáritas o Cruz Roja.

Durante el año pasado, ha prestado 1.800 atenciones y ha entregado más de 27.000 prendas. Esta, es una de las cerca de 300 actuaciones anuales de lucha contra el estigma de la enfermedad mental, uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las personas afectadas, debido a la desconfianza que generan en colectivos con los que no han tenido trato.

El ropero, situado en el Centro de Rehabilitación Laboral Retiro y regentado por las Hermanas Hospitalarias tratan de dar una oportunidad a toda esa gente con problemas mentales que necesitan atención para la inserción tanto laboral como social.

De esta forma, se ayuda a los mas necesitados (personas sin hogar que acuden a pedir prendas bajo las que cubrirse) y se prepara a las personas con enfermedades mentales para lo que sería un trabajo (el año pasado, 45 de las 75 personas que trabajaron aquí, consiguieron trabajo), dado que ellos son los encargados de sacar adelante el ropero acercando mucho mas a estas personas con la sociedad de a pie, ayudando a derribar mitos o juicios erróneos, elaborados de forma muy egoísta, creyendo que generan problemas cuando en realidad, lo que hacen es padecerlo. Siendo el tema de la aceptación, una de las mayores trabas que se encuentran a la hora de tener una vida normal.