Pablo Iglesias, el fracaso de una utopía

El líder de Unidas Podemos deja la vida política tras el mal resultado que ha cosechado en las elecciones madrileñas

Pablo Iglesias, el fracaso de una utopía

Javi García

Publicado el - Actualizado

9 min lectura

Pablo Iglesias deja la política. Es una de los titulares más importantes de esta noche electoral en Madrid junto a la victoria clara de Isabel Díaz Ayuso, que seguirá siendo la presidenta de la Comunidad de Madrid hasta el próximo año 2023. El resultado que ha recibido en las urnas le ha reflexionar junto a la cúpula directa de la formación morada y el resultado ha sido su inminente salida de la vida política de nuestro país.

Con esta decisión, Iglesias pone fin a casi diez años en la primera línea política de nuestro país. La relación de Pablo Iglesias con la política comenzó de forma activa en el seno de la Universidad Complutense. En los pasillos de la Facultad de Ciencias Políticas germinó la semilla de lo que hoy en día es Podemos. Pero, en realidad, poco queda de aquel movimiento reivindicativo de izquierdas que venía con la intención de cambiar la política y poner fin al bipartidismo en nuestro país, ya que gran parte de aquellos fundadores, entre los que se encontraba Íñigo Errejón, decidieron separarse del proyecto político de Iglesias.

Poco a poco, ese movimiento se fue haciendo más grande y fue tomando las calles de Madrid. De forma paralela, Iglesias se daba conocer en diferentes tertulias de televisión, cada vez con más presencia. Su silencio ante las palabras de los otros tertulianos y su discurso empezó poco a poco a conquistar a gran parte del electorado de izquierdas que estaba cansado de la alternancia entre PP y PSOE en el poder, hasta que llegó el momento que lo cambió todo, las concentraciones del 15 de mayo del 2011 en la Puerta del Sol, también conocido como movimiento 15-M.

El ascenso de Podemos tras el 15-M

En enero del año 2014, se presentó el movimiento 'Mover ficha: convertir la indignación en cambio político', firmado por más de 30 personas entre los que se encontraba otro de los fundadores de Podemos y persona de máxima confianza del actual líder de la formación morada: Juan Carlos Monedero. Iglesias no se encontraba entre aquellos firmantes, pero rápidamente se convierte en su cara visible, convirtiéndose poco después en el candidato de Unidas Podemos a las elecciones europeas celebradas en mayo de aquel año.

Con los cinco escaños que consigue la formación, Iglesias deja de ser un mero tertuliano político a ir teniendo cada vez más presencia en la crónica política de nuestro país. Desde el primer momento queda claro que su presencia en Bruselas no es más que un mero trampolín para conseguir su verdadero objetivo, entrar en el Congreso de los Diputados. Mientras en la sombra se va gestando su proyecto político a nivel nacional, Podemos cada vez tiene más presencia en el bloque de izquierdas, incluso sueña con dar el sorpaso al Partido Socialista.

En este contexto, España se enfrenta a un nuevo panorama que sirvió para poner fin al bipartidismo en el que Iglesias es entendido por parte de la izquierda más populista como una especie de héroe que había llegado para dar aire fresco a la vida política de nuestro país. Con el aire de cara, Podemos consigue en el año 2015 entrar en el Congreso de los Diputados con 69 diputados, convirtiéndose así en la tercera fuerza política con mayor representación. El hecho de que ningún partido consiguiese una mayoría suficiente para poder gobernar permite a Podemos ofrecerse al Partido Socialista como hipotético socio de investidura. Estamos ante la primera ocasión en la que podemos observar los verdaderos intereses de Podemos, ya que entre sus exigencias está el control del Cuerpo Nacional de Inteligencia y la Radio Televisión Pública.

Aunque aquella propuesta no salió adelante, Podemos seguía disfrutando de un momento dulce en política, esperando su oportunidad. Mientras tanto, la formación morada y sus asociados siguen consiguiendo importantes feudos políticos en nuestro país, como el Ayuntamiento de Madrid y el de Barcelona. También consiguen entrar en varios gobiernos autonómicos, siendo clave en gobiernos como el de Castilla-La Mancha.

Los primeros reveses para Iglesias

Pero en el año 2017 se produce un giro de guion para Iglesias. La situación en Podemos empieza a cambiar y su liderazgo comienza a tambalearse debido a la fricción que sufre su relación con Íñigo Errejón. La formación morada viene de conseguir en las elecciones del año 2016 un dato mejor que en el año 2016, al sumar 71 diputados y quedándose a 14 del Partido Socialista.

Con los rumores de la mala relación entre ambos cada vez más latente en la crónica política de nuestro país, la ruptura entre ambos se confirmó en Vistalegre II, la segunda Asamblea Ciudadana de Podemos, que tuvo un ambiente muy distinto a la primera edición en la que el sentimiento de unión y esperanza de cambio marcaba el ritmo de las diferentes intervenciones.

En Vistalegre II, la separación se hizo visible cuando ambos presentaron sus proyectos políticos para disputarse el liderazgo de Podemos. En este punto, Iglesias consiguió imponerse a su número dos en el año 2017. Pocos días después, Pablo Iglesias destituye a Errejón como portavoz en el Congreso de los Diputados, nombrando en este cargo a Irene Montero. El distanciamiento y la ruptura entre ambos fue muy visible, ya que Errejón fue relegado a la segunda fila de los escaños de la formación morada en el Congreso de los Diputados.

En este contexto, a Errejón solo le quedaba la opción de ser candidato de Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, algo que no aceptaría y que derivaría en una especie de venganza contra Pablo Iglesias. Errejón optó por aliarse con Manuela Carmena en una nueva plataforma llamada 'Más Madrid'. También, se producen otras salidas como la de Rita Maestre, que se une a las filas de la plataforma de Errejón. La crisis interna en Podemos continúa y en el año 2019 se produce la salida de Ramón Espinar, hombre fuerte de Iglesias en Madrid, tras denunciar problema de gestión interna en la formación morada.

En este contexto también se produce un importante debate respecto a la democracia interna del partido, defendida muchas veces por Iglesias. En este sentido, llama la atención su último movimiento en Madrid, posicionándose él como candidato sin someter a votación su candidatura para conocer la opinión de los afiliados de base.

Este se convirtió en la primera gran crisis de Podemos. Desde ese momento, la deriva de la formación morada y del liderazgo de Pablo Iglesias se ha hecho de notar. Su discurso cada vez era menos creíble, provocando cierto desencanto entre los votantes de izquierdas que depositaron su confianza en él después del 15-M. A la división provocada por la marcha de Errejón se unen otros frentes, como la adquisición de un chalé en una adinerada zona de Galapagar, municipio de la Sierra de Madrid. Este hecho es entendido por muchos como una contradicción en su discurso, ya que desde el primer momento defendió que seguiría pegado a la calle y viendo en su piso de Vallecas. Además, a este hecho se suma la presencia de vigilancia y seguridad continua, ofrecida por el Estado, a las puertas de su domicilio, un servicio que no estaba concedido a ningún diputado raso en el Congreso de los Diputados.

Además, la sombra de la justicia también empieza a perseguir a Pablo Iglesias, con asuntos tan delicados como el 'Caso Dina' o la supuesta financiación de Podemos a través del 'Caso Neurona'. Por otro lado, el que fuese abogado de Podemos, José Manuel Calvente, comienza una carrera judicial contra Podemos e Iglesias, defendiendo que esa financiación ilegal sí existió. Por tanto se dan varios frentes abiertos que afectan de lleno al actual líder de Unidas Podemos.

La caída política de Iglesias y el proyecto de Podemos

En el ámbito político, las cosas tampoco van bien para Iglesias, ya que el globo de Podemos empieza a descincharse y se empieza a notar en las sucesivas citas electorales. En el contexto nacional, Iglesias se deja 29 diputados en las elecciones del año 2019, pasando de 71 a 42, hecho que deja a Ciudadanos como tercera fuerza política. El resultado no mejora en la repetición electoral del 20 de noviembre de aquel año, cita en la que solo consigue 35 diputados, aunque le sirve para convertirse en socio prioritario del Gobierno de coalición con Sánchez y para conseguir su objetivo de entrar en el Consejo de Ministros.

A pesar de tener presencia en la Política Nacional, Podemos pierde mucha representación bajo el liderazgo de Iglesias. Los principales golpes electores de la formación morada se han producido en las elecciones autonómicas. Comenzando en Andalucía y el famoso grito de 'Alerta antifascista', 'Adelante Andalucía' pasaba de apoyar al Gobierno de Susana Díaz a ver cómo PP, Ciudadanos y Vox conseguía sacar al socialismo del gobierno regional.

Este fue el principio de una serie de fracasos electorales que derivaron en escenarios como la pérdida del Ayuntamiento de Madrid y la irrelevancia en puntos en los que tenían poder: Castilla-La Mancha, Aragón o Extremadura. A estos se suman los del pasado año 2020 en Galicia y País Vasco, donde desapareció en el Parlamento Gallego y se hundió en Euskadi. Este 2021 no ha comenzado bien para Unidas Podemos, tras estancarse en Cataluña y las malas expectativas que las encuesta le auguran en la Comunidad de Madrid.

Por último, en relación con su papel dentro del Gobierno, Iglesias ha tenido que enfrentarse a diferentes momentos de tensión respecto a su figura, sobre todo provocados por la división de opiniones que protagonizaba con ministros fuertes del ala socialista como Nadia Calviño o Margarita Robles. También, su gestión durante la pandemia, una de las etapas más complicadas y de mayor responsabilidad política de la historia de nuestro país, ha generado cierta controversia, ya que mayoritariamente estuvo marcada por su ofrecimiento para gestionar el protocolo en residencias, aunque en ninguna ocasión visitó una para analizar los protocolos que se estaban realizando en estos centros.

Con todo ello, y en plena división con el ala socialista por asuntos como el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado y también la regulación del precio de los alquileres, Iglesias decía adiós a su sillón en el Consejo de Ministros para presentarse en Madrid como candidato de Unidas Podemos, aunque muchos auguran que su futuro a medio plazo estará más en las salas de conferencias de las universidades y en los platós de televisión, sitios donde forjó su controvertida figura política.

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