Desde que comenzaran las obras de remodelación de la Plaza de España en mayo de 2019 han sufrido varios retrasos: primero por el hallazgo de restos arqueológicos del Palacio de Godoy en la calle Bailén y después por la pandemia. Pero ahora parece que avanzan a buen ritmo y el movimiento de obreros y camiones es constante “desde las cinco de la mañana”, cuenta Fernando, vecino de un edificio justo frente a la plaza que cuenta que “trabajan todos los días de la semana y en las últimas semanas se ha visto que ya va tomando forma”.

Es la impresión de los vecinos de la zona que viven con “resignación”, dice Raúl, las incomodidades de unas obras que llevan ya dos años pero que el Ayuntamiento prevé finalizar antes de que acabe 2021. “Si es para mejor, bienvenido sea porque la plaza necesitaba un cambio”, asegura. Otros como Pilar, creen sin embargo que “esto es mucho trabajo, ahora solo parece un erial”, asegura.

Se está empezando a peatonalizar y se están realizando trabajos de pavimentación en el centro de la plaza. También se empiezan a acondicionar lo que serán las zonas ajardinadas y de arbolado donde casi se duplicará el número de árboles. De los 800 que había pasarán a 1.300 ejemplares.

Fernando considera que la actuación servirá para revitalizar la zona porque “va a unir de manera peatonal el parque del oeste con plaza España, el Palacio Real y los jardines de Sabatini”. A su juicio en la zona habrá “más espacio, menos ruido, menos humo y más agradable”. Antonio, sin embargo, considera que habrá algún que otro problema en la zona del soterramiento de la Cuesta de San Vicente y la bajada de Gran Vía, la zona de Ferraz y Bailén, “que todo va a ir por debajo, será un caos”, dice.

Las obras, en las que se invertirán más de 62 millones de euros, está previsto que finalicen antes de que acabe 2021, permitirán un eje peatonal desde el palacio Real al templo de Debod. El Ayuntamiento de la capital quiere que se convierta en el epicentro turístico de la capital.