Cambiar la hora de poner la lavadora, planchar, encender el lavavajillas o pasar el aspirador puede ser -aunque pesado- una tarea más o menos fácil. Solo tenemos que ponernos de acuerdo con nuestros horarios y rutinas. Pero en una comunidad de vecinos, consensuar abrir y cerrar la puerta del garaje solo en el horario valle, o coger el ascensor, o dar la luz del edificio, es misión casi imposible.

El 40% de las comunidades de propietarios de la región están dentro del mercado regulado. Lo ideal, dice Pablo García, asesor del Colegio Oficial de Administradores de Fincas, sería fijar una tarifa libre con las eléctricas. Estos meses de subida del precio de la luz constante están costando un 10% más que en los mismos meses del año pasado.

García propone las placas fotovoltaicas como solución. “Hay que estudiar el caso individual de cada finca y desde el Colegio solo podemos animarles a que se informen y consulten”, dice el asesor, “pero si el edificio tiene espacio, una buena terraza, y no necesita mucho consumo, las placas pueden ser autosuficientes”.

Las fincas más grandes con varios ascensores, garajes y piscinas no podrían aguantar exclusivamente con la energía solar, pero sí podrían ahorrarse una parte de la factura de la luz. Además, la Comunidad de Madrid ha eliminado las licencias y hay ayudas que provienen de un Plan Estratégico de autoconsumo de hasta el 45% del total. La inversión es costosa pero el resultado merece la pena.