Su objetivo era siempre vehículos de alta gama aparcados o bien en la calle o en garajes comunitarios. Para robarlos se valían de medios técnicos muy avanzados como centralitas de arranque o inhibidores de frecuencia. En las localidades madrileñas de Las Rozas, Boadilla del Monte y Majadahonda llegaron a robar siete en una sola noche.

Los hoy ocho detenidos -seis hombres y dos mujeres- ocultaban estos coches o bien en los garajes donde ellos vivían o en una nave situada en un polígono industrial de Illescas (Toledo). Pero para que se les perdiera definitivamente la pista 'maquillaban' las matrículas: las falsificaban doblándolas por otras de vehículos de características similares. Después volvían a poner estos coches en circulación. O bien para su uso particular, o bien para robar con ellos o bien desguazándolos por piezas. Esas piezas las vendían por Internet y a través de talleres ilegales que previamente les habían pedido piezas de vehículos concretos.

A los ocho detenidos se les imputan 22 delitos como pertenencia a organización criminal, robo con fuerza, estafa y falsificación de documento público. Todos tenían antecedentes por delitos de este tipo. En una gasolinera de Olías del Rey (Toledo) intentaron atropellar a un guardia civil que les descubrió in fraganti. Es esa estación de servicio llegaron a robar con el rostro cubierto tres veces en un mismo día.

A la vez la Guardia Civil ha realizado nueve registros en los que ha encontrado cuatro plantaciones con 350 plantas de marihuana. La banda se financiaba con la venta de esta droga con la que podrían haber ganado más de 800 mil euros.