De momento, continúan las labores de desescombro de todo ese edificio. Se han sacado ya más de 20 toneladas de material. Y no será hasta el próximo martes cuando lleguen las tres grúas que van a realizar esa demolición parcial desde arriba.

En una de esas grúas, se va a situar un contenedor donde ir acumulando material; en otra estará el operario que manejará todo el operativo. Curiosamente, será el mismo que realizó esta labor en el edificio parroquial de la calle Toledo que también sufrió una explosión de gas en Enero de 2021. En la tercera de esas grúas estará el robot, el elemento fundamental que irá echando abajo muros y forjados.

La novedad respecto a las primeras intenciones de los técnicos del Ayuntamiento es que el torreón del edificio, que forma parte de la fachada, se va a intentar salvar. ¿Cómo? Según el Delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, Mariano Fuentes, en primer lugar "monitorizando a traves de sensores que indicarán cada mínimo movimiento que pueda generar inestabilidad en ese torreón. Luego, poniendo un andamio alrededor de él, una especie de corsé, para garantizar su estabilidad". Con esos pasos y retirando con cuidado todo el escomboro de alrededor, creen los técnicos del Ayuntamiento que ese torreón se pude salvar.

Los trabajos de demolición van a durar tres semanas. Durante ese periodo de tiempo, los vecinos de la calle de Ayala 78 cuyas casas lindan con el edificio siniestrado, no podrán acceder a ellas. No es seguro aún porque cualquier derrumbe durante la demolición puede afectar a esas viviendas. Los vecinos de la calle de General Pardiñas 33 podrán entrar a sus casas la semana que viene.

¿Y qué sucede con los objetos personales de los vecinos del edificio afectado, los de General Pardiñas 35? Pues a medida que se vaya demoliendo, se irán retirando las pertenencias de todas esas casas del número 35. Se dejarán en una zona habilitada para que las puedan ir recogiendo sus dueños.