Arancha tenía 22 años y era una de la vecinas más conocidas y más queridas de Valdemanco, una localidad de apenas mil habitantes situada en el norte de la Comunidad de Madrid. Un disparo accidental en pleno monte, mientras cazaba con sus hermanas, ha acabado con su vida.

Arancha era una joven alegre. Monitora de tiempo libre en el Ayuntamiento de Valdemanco le encantaba trabajar con niños, en los campamentos. Es lo que asegura a la Cadena COPE Beatriz, trabajadora del estanco del pueblo y amiga de Arancha. “Era una chica encantadora. Esto siempre se suele decir cuando alguien muere, pero en este caso es totalmente cierto”, asegura. 

La caza era su “hobbie”. Siempre acudía al monte, escopeta en mano, acompañada de sus hermanos para practicar este deporte. Como lo hizo ayer, en un fatídico domingo en el que un disparo accidental ha provocado su muerte.

La joven deja un vacío en Valdemanco, un pueblo muy pequeño, de apenas mil habitantes y, donde asegura Beatriz “nos podemos llevar mejor o pero, pero todos somos un piña y esto ha sido un golpe muy duro”.

Aunque el verdadero golpe se lo llevan la madre de Arancha y sus hermanos. A la muerte de la joven hay que unir hace pocos años la muerte del padre de la familia. Sufrió un infarto mientras trabajaba en una obra. Los tres se quedan, nos explica Beatriz, “destrozados”.

Valdemanco no vive de la caza, pero sí es una afición que practica casi toda la gente del pueblo. Un pueblo que se ha levantado con las banderas a media asta y viviendo el primero de los tres días de luto oficial decretados por el Ayuntamiento de esta localidad.