LÍNEA EDITORIAL
Una pompa de jabón
A Sánchez se le ha olvidado decir que los aliados que se han convertido en imprescindibles tienen como objetivo declarado acabar con el orden constitucional

Una pompa de jabón
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La habilidad con la que el Gobierno de Pedro Sánchez diseña su presencia pública debe ser colocada en su justa media. Un ejemplo ha sido el acto de rendición de cuentas del Gobierno, en el que un grupo de expertos seleccionados por el Ejecutivo ha analizado el cumplimiento del programa del Gobierno en su primer año.
Un círculo demasiado sospechoso y poco trasparente del que no sabemos ni la metodología utilizada para ese análisis. La clave de la pomposa rendición de cuentas de Sánchez no está en que se haya cumplido el 23,4% por ciento del compromiso electoral. Lo que hay que analizar es qué leyes ha sacado adelante el Gobierno, cuáles son los destrozos causados, cómo ha legislado y con quién y, sobre todo, lo que ha dejado de hacer.
A Sánchez se le ha olvidado decir que los aliados que se han convertido en imprescindibles tienen como objetivo declarado acabar con el orden constitucional. También se le ha olvidado reconocer la desastrosa gestión de la pandemia. Tampoco se refirió al fiasco de la gestión de los ERTES ni a la situación más que crítica por la que atraviesa gran parte de los sectores de la economía española como el turismo, la hostelería, la industria o el comercio.
No hubo una sola referencia a las leyes que han roto el consenso social, como las de educación y eutanasia. Por mucho que se empeñe en aparecer como un gestor trasparente, la realidad es que su rendición de cuentas es poco más que una pompa de jabón.