Los riesgos de un impeachment

Donald Trump es sospechoso de haber violado gravemente la Constitución de los Estados Unidos, motivo por el cual la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, ha puesto en marcha el impeachment o proceso de destitución presidencial. Existen motivos: Trump ha reconocido que presionó al presidente de Ucrania, un país fuertemente dependiente de la ayuda norteamericana, para que investigue a un hijo de Joe Biden, el demócrata con más posibilidades de disputarle la presidencia en 2020. La cuestión se presenta bastante más clara que con la llamada «trama rusa», la posible relación del equipo de campaña de Trump en 2016 con el Kremlin para perjudicar a Hillary Clinton. Los demócratas se dividieron entre partidarios y detractores de iniciar un impeachment con muy pocas posibilidades reales de prosperar, tal como sucede en estos momentos. Ahora ya no hay esa división, pero la operación tiene grandes riesgos políticos. No solo ni principalmente porque pudiera haber algo de cierto en la acusación de que Biden utilizó en tiempos de Obama su cargo de vicepresidente para favorecer los turbios negocios de su hijo en Ucrania. Un impeachment significa polarizar la campaña electoral en torno a la persona de Donald Trump, estrategia que no beneficia a los intereses demócratas, y menos aún a una nación profundamente dividida que pide a gritos un poco de sosiego y normalidad política.