Línea editorial: Testigos de la esperanza cristiana

Línea editorial: Testigos de la esperanza cristiana
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Iglesia conmemora hoy el Día de los Difuntos, en el que, de manera especial, rezamos por todos los fieles difuntos para que puedan vivir junto al Señor la vida eterna. Se trata de una celebración muy arraigada en la tradición de nuestros pueblos, que poco tiene que ver con el simulacro y la pantomima de Haloween, que en estos días, aun en las circunstancias tan particulares que estamos viviendo con la pandemia, arrasa en la cultura dominante. Junto a la conmemoración del Día de Todos los Santos, que vivimos ayer domingo, la Iglesia celebra así, con hondura, el misterio de la muerte y la comunión de los santos.
La muerte es también maestra de vida y, como nos ha recordado este mismo domingo el Papa Francisco, no estamos solos en este arduo y apasionante camino. Los santos y los beatos son los testigos más autorizados de la esperanza cristiana, porque la han vivido plenamente en su existencia, también, como nosotros, entre alegrías y sufrimientos. Basta pensar en la inagotable variedad de dones e historias concretas que se dan entre los santos, que la Iglesia ha reconocido a lo largo de los siglos.
Todos estamos llamados a la santidad y a ser, en ese camino, mansos y humildes de corazón, como proclama el Evangelio de las Bienaventuranzas, en un estilo de vida que, en tantas ocasiones, nuestra mentalidad mundana no sabe apreciar, Los mansos y humildes de corazón son, en cambio, preciosos a los ojos de Dios, que, en cumplimiento de su promesa, les da en herencia la tierra prometida, que no es otra que la vida eterna.



