Línea editorial: "La primera vacuna"
Si algo nos ha mostrado la pandemia, con toda su crudeza, es la nueva situación de vulnerabilidad común que padecemos

Línea editorial: "La primera vacuna"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Araceli, natural de la localidad granadina de Guadix, madre de dos hijos, cuatro nietos y un bisnieto, ha protagonizado este domingo la imagen que llevábamos esperando durante mucho tiempo. A sus 96 años, y en la residencia de Guadalajara donde reside, ha sido la primera española en ser vacunada contra la COVID 19.
Tanto ella como la enfermera han dado gracias a Dios y han mostrado su alegría y esperanza ante la luz que empieza a atisbarse al final del túnel. No es momento de triunfalismos absurdos. Si algo nos ha mostrado la pandemia, con toda su crudeza, es la nueva situación de vulnerabilidad común que padecemos y que nos obliga a convivir con la incertidumbre, de una manera que hasta ahora ni siquiera sospechábamos.
El coronavirus ha supuesto una bofetada de realidad. Ha bajado los humos, de golpe, a quienes pretendían tenerlo todo bajo control. Y lo seguirá haciendo, porque vendrán aún, muy probablemente, tiempos difíciles. Por todo ello, es momento para la prudencia, para no bajar la guardia, para el llamamiento responsable a la vacunación y para que los responsables públicos aprendan de lo que ha resultado ser en España una pésima gestión de la pandemia.
Por el contrario, no es tiempo de colgarse medalla alguna, ni de andar colocando logotipos del Gobierno en las cajas de vacunas. Ojalá que este momento histórico, que parece ser el principio del fin de la pesadilla, sea también, de una vez por todas, el principio de una gestión responsable orientada al bien común, en lugar de seguir supeditándolo todo a la propaganda.