Insiste el Papa: “No saldremos igual de esta pandemia”. “Saldremos mejor o peor, y lo que ocurra dependerá de nuestro compromiso”. Reiteraba así un mensaje que repite desde hace casi dos años. La nueva ola de Covid encuentra a los países de bajos ingresos con una ínfima parte de su población vacunada, mientras asistimos a “nuevas injusticias y desigualdades”. En pleno pico de esta última ola, Francisco ha hecho un dramático llamamiento para enderezar el rumbo.

Pide compromisos concretos, sin retóricas grandilocuentes pero vacías de contenido. Eran palabras dirigidas al mundo de la empresa, aunque aplicables al conjunto de la sociedad. El último e inesperado azote de la variante Ómicron ha supuesto un giro dramático. Si los primeros compases de la pandemia estuvieron marcados por el protagonismo de unos pocos profesionales esenciales, mientras el resto debía ayudar confinándose en casa, en la actualidad la situación se ha dado la vuelta. Sin las cifras de fallecimientos de otras olas, lo cierto es que la atención primaria, los servicios y el conjunto de la economía se están viendo ya sometidos a una tremenda presión.

Toca a todos arrimar el hombro para gestionar responsablemente el inédito impacto de tantas de bajas médicas simultáneas, aportando cada cual en función de sus posibilidades para que los más vulnerables no dejen de recibir lo que necesitan. Sin olvidar incluir en el lote, aunque vivan lejos, a tantas personas que están todavía a la espera aún de esa primera dosis de la vacuna. De nuestro compromiso depende, dice el Papa.