Línea Editorial: "Cristo también ha resucitado en Ucrania"

En un contexto eminentemente pascual, el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk, cabeza de la Iglesia greco-católica ucraniana, ha subrayado hasta qué punto Cristo les da esperanza y certeza de un futuro mejor, aun dentro de las enormes dificultades que están viviendo.

El arzobispo ha expresado también su gratitud al Papa Francisco por ser una voz singular en el trabajo por la paz. En una entrevista con Vatican-News, el arzobispo Shevchuk, ha incidido en la importancia de mantener vivo el recuerdo, de que no nos olvidemos de quienes, como ellos, están sufriendo tanto.

Cuando la espiral del olvido hace que en los medios de comunicación cada vez se hable menos de lo que está sucediendo en Ucrania, el Papa no ceja en el empeño y no solo habla con frecuencia a los ucranianos, sino también en nombre de los ucranianos al mundo entero. Cada oración, cada llamamiento del Papa es, en este sentido, un auténtico mensaje de Vida con mayúscula. Y esa gran esperanza tiene, a menudo en Ucrania, rostro de mujer. Una madre, una mujer, es la persona que más ha anunciado y que más proclama hoy la fe cristiana en el país ucraniano. Sirva por ejemplo el dato de que el 99% de los catequistas son mujeres.

En situaciones así, a veces tan extremas, se hace evidente que la Iglesia es, con palabras y obras, madre y maestra; madre y protectora, que camina junto a los que sufren, de manera elocuente junto a tantos, como es el caso de los ucranianos, atravesados por el dolor y el horror de la guerra; tantos hermanos que, en medio de la desolación, también participan de la esperanza cierta de que Cristo ha resucitado.