El gran Jurado de Nueva York ha imputado al expresidente Donald Trump por un delito de soborno a una mujer con quien mantuvo una relación extramatrimonial. Trump, además, habría hecho que su entramado empresarial blanqueara estos pagos por lo que, además, será acusado de falsedad mercantil. Donald Trump es el primer ex presidente de los Estados Unidos que ha sido imputado por un delito. Aparte de la sorpresa, el hecho es que el imperio de la ley, clave del Estado de Derecho, también obliga a los gobernantes.

Dicho esto, que responde a la salud de los mecanismos institucionales, la noticia es un desafío para la democracia estadounidense y su estabilidad. Trump se ha convertido en un mito para buena parte de los votantes republicanos, a los que no parece importarles la vinculación del expresidente en el asalto al Capitolio, ni tampoco les importa la mala praxis ni los delitos que Trump haya podido cometer. Es más, Trump pretende sacar rédito de los envites judiciales y denunciar campañas de persecución contra él y contra lo que sus electores defienden como si en Estados Unidos se librara una batalla entre el bien que él representa y el mal que encarnan sus adversarios políticos. De hecho, y recurriendo a la Inteligencia Artificial, Trump ha ordenado que se difundan unas fotos suyas en las que pide a sus seguidores que recen por él. Los próximos días serán ricos en imágenes y titulares. Y no se descarta, y eso es lo peor para la sociedad estadounidense, que los sucesos del 6 de enero de 2021 se puedan reproducir provocando un desbordamiento social difícil de contener.