El día en que el Congreso ha dado el pistoletazo de salida a la esperpéntica Ley de Amnistía, y en vísperas del aniversario de la Constitución, Alberto Núñez Feijóo, ha estado en Herrera en COPE para repasar la actualidad política y recordar la excepcionalidad democrática del nuevo Gobierno Frankenstein. Que se vaya a celebrar la Constitución en el Congreso y los socios del Gobierno respondan con un nuevo desaire, que se necesiten verificadores internacionales para regular la relación entre el Gobierno central y los independentistas catalanes, o que la gran mayoría de la Judicatura haya denunciado el acoso al que empieza a ser sometida, son ejemplos de un esperpento que no cesa, impropios de un país democrático en pleno siglo XXI.

Feijóo ha denunciado que comprar votos a cambio de impunidad tiene un nombre, que no es otro que el de "corrupción política". El Ejecutivo se ha acostumbrado a no distinguir la verdad de la mentira, por eso ha hecho bien el líder del PP poniéndolo hoy frente al espejo, y ofreciendo su disposición a renovar el Consejo General del Poder Judicial con la premisa de un compromiso claro de garantizar la independencia de los jueces mediante un cambio en la elección del Consejo. Si Sánchez hace oídos sordos una vez más, habrá que pensar que mantras como los del bloqueo, el lawfare y la extrema derecha le vienen muy bien para mantener la disparatada huida hacia adelante que ha emprendido, abrazado a unos socios radicales que disfrutan humillando a España.