Línea Editorial: "China; puño de acero en guante de seda"

La visita de la presidenta de Taiwán a Estados Unidos ha tenido como respuesta de Pekín la organización de unas maniobras militares con fuego real en torno a la isla que terminan hoy. Con este tipo de operaciones, China pretende demostrar la firmeza de su propósito de incorporar algún día Taiwán a su soberanía, aunque ese momento parece estar aún lejos. La propia China combina su capacidad de intimidación militar con un perfil de moderación, envolviendo su puño de acero en guante de seda para no echar a perder sus iniciativas en el tablero internacional.

En este terreno se inscriben las visitas que Xi Jinping está recibiendo de los dirigentes europeos, Sánchez, Macron y Von der Leyen, en las que aparece el deseo de no desairar demasiado al presidente chino e incluso, inclinarse por explorar una negociación para terminar con la invasión de Ucrania, sin descender a lo concreto. Macron ha ido algo más lejos en sus comentarios al afirmar que Europa no debería hacer seguidismo ni de Estados Unidos ni de China, sino tener una visión propia con el fin de acabar con la guerra, una postura que conecta con el papel de la Francia del general De Gaulle durante la guerra fría. Claro que, ni Macron es De Gaulle, ni la actual situación se puede comparar con aquella.