Mientras el PSOE y Unidas Podemos no llegan a un acuerdo para aprobar una ley sobre la prostitución, Cáritas española ha presentado un informe, con motivo del día mundial de la Trata de Personas, en el que señala que atendió durante el pasado año a 3.200 mujeres víctimas de esa lacra, de las cuales 1.700 fueron acompañadas a centros de atención.

Cáritas cuenta con un servicio específico de atención y acompañamiento a las víctimas de la trata y de la explotación sexual, y constata que la mayor parte de las mujeres que la padecen forman parte de flujos de migración con fines sexuales, y padecen restricciones a su libertad. El confinamiento agudizó además la situación de precariedad de las mujeres dedicadas a la prostitución, dificultando el acceso a los servicios sociales y a las ayudas. Cáritas viene trabajando junto con las unidades especializadas de las Fuerzas de Seguridad del Estado, y desde su experiencia denuncia la lentitud de los procesos administrativos y penales, lo que afecta negativamente a las mujeres que quieren cambiar de vida. También pide medidas que garanticen la identificación y la protección de las mujeres.

Reiteradas veces el Papa Francisco ha dicho que “cualquier forma de prostitución es una reducción a la esclavitud, un acto criminal, un vicio repugnante que confunde hacer el amor con desahogar los propios instintos, torturando a una mujer indefensa”.