Josep Pique, un referente

La muerte esta semana de Josep Piqué supone una pérdida importante para la vida pública española. Permanece como un punto de referencia de lo que más necesitamos en este momento. Piqué era una de las pocas personas en España que tenía una visión estratégica de la posición de nuestro país en el mundo. Insistía una y otra vez en subrayar que no podíamos comprender este siglo XXI sin girar el mapa del planeta poniendo en el centro la zona de Asia-Pacífico. De hecho, fue de los primeros que hace muchos años subrayó el cambio de ciclo y el nacimiento de una China que volvía a ser expansiva.

El exministro era un liberal ilustrado en el sentido profundo de la palabra. Afirmaba que, aunque Europa hubiese perdido protagonismo, los valores que habían construido la democracia occidental tenían ya un peso internacional. Quizás su posición en este punto era ingenua. Pero reflejaba la intuición de que no puede haber un orden internacional y nacional justo si no hay un ideal que sirva de referente.

Quienes le conocieron de cerca supieron de su apertura para dialogar con todo el mundo, con independencia de su posición ideológica y de su relevancia social. A Piqué le interesaba comprender. Encarnaba valores que son más necesarios que nunca.