Pello Otxandiano, el candidato a Lehendakari por EH Bildu, ha confirmado lo que es doctrina para los herederos políticos de ETA. Preguntado acerca de si ETA fue un grupo terrorista, el pupilo de Arnaldo Otegi ha respondido: “ETA fue un grupo armado y lo que sea el terrorismo es algo interpretable”. O sea, nada nuevo bajo el sol. El entorno de ETA nunca ha reconocido la profundidad del daño causado ni el carácter injustificable de la violencia terrorista. La enmienda no cabe ni en su vocabulario ni en sus intenciones. Por eso necesitan que la desmemoria se instale en el electorado, para llegar a las instituciones libres de toda responsabilidad. Sánchez ahora, como antes Zapatero, no solo ha tolerado esta actitud, sino que la ha favorecido. Por eso sorprende que en las últimas horas el Gobierno exhiba tanta indignación frente a Bildu.

La intervención airada de la ministra portavoz es impostada, como exagerada es la reacción del candidato del PSE. Andueza se ha atrevido a llamar cobarde a Otxandiano para, inmediatamente después, reivindicarse a sí mismo como el único candidato capaz de frenar la llegada de Bildu al Gobierno de Vitoria. Hoy, a cinco días de las elecciones, el cálculo político dicta que EH Bildu y su candidato no son de fiar. Mañana, cuando hablen las urnas, todo seguirá como hasta ahora. El sanchismo y Bildu seguirán dando vida a la misma farsa.