Después de la reacción de los partidos secesionistas al escrito de acusación de la fiscalía, cada vez parece más claro que el Gobierno de Sánchez no va a contar con apoyo suficiente para sacar adelante los Presupuestos. Sánchez, en la Ejecutiva del PSOE celebrada ayer, ya se inclinó por seguir al frente del Gobierno aunque no haya apoyo a las cuentas públicas. Esto supone que va a recurrir a los decretos para aprobar aquellas medidas del Plan de Presupuestos que más rédito electoral le puedan dar. La situación se prolongaría los meses que el PSOE considere necesarios para tener suficiente ventaja en una convocatoria a las urnas.

La prórroga de los Presupuestos es una situación excepcional que no puede utilizarse para gobernar de modo habitual. El decreto ley es también una fórmula a la que se debe recurrir solo cuando la urgencia lo haga necesario. En una democracia parlamentaria no se puede, no se debe, gobernar al margen de las Cortes, que es lo que tendrá que hacer Sánchez si no convoca elecciones. El presidente del Gobierno, cuando lanzó una moción de censura, sabía perfectamente que está situación podía llegar a producirse. Él mismo prometió que tras la moción se convocarían elecciones. No se puede secuestrar políticamente un país porque a un Gobierno débil le interese prolongar su vida artificialmente. España necesita reformas serías, sobre todo cuando la expansión económica se ralentiza. España necesita votar.