Escalofrío venezolano

Ante la farsa que ha montado la dictadura de Nicolás Maduro con las elecciones del próximo domingo para consolidar su control absoluto del poder, no puede olvidarse que uno de los asesores que tuvo el chavismo, tiempo atrás, es el actual vicepresidente del Gobierno español, Pablo Iglesias. Es evidente que los supuestos consejos del líder de Unidas Podemos no han abierto camino al respeto de las libertades y los derechos humanos en Venezuela. Cabe preguntarse cómo ha sido posible que uno de los países más prósperos de América haya derivado hacia la ruina económica y social, acompañada de un férreo control de las instituciones y una implacable persecución de la oposición. Recordemos que el primer paso que dio Chaves fue el control del poder judicial, tal como auspicia Iglesias con la complacencia de un PSOE aplanado por Sánchez.

Lo único que le faltaba a Maduro era someter al Parlamento que, en la última legislatura, ha sido marginado al contar con una mayoría opositora. De ahí las elecciones del día 6, que darán la mayoría absoluta al Partido Socialista Unido de Venezuela. Para asegurarlo, el régimen ha amenazado a los venezolanos con dejarles sin pan si no votan.

Dejemos claro que España no es Venezuela, pero el Gobierno de Sánchez tiene en su seno al mismo Iglesias que se jactaba de asesorar al régimen de Chávez. A la vista de lo cual no puede evitarse un escalofrío ante su propósito de controlar al Poder Judicial.