La edición de EncuentroMadrid 2020 ha concluido con la publicación de un comunicado final en torno a la posibilidad de experimentar la confianza, tan necesaria para amar, para trabajar y para construir la ciudad común. Confiar es posible y razonable, en última instancia, porque la realidad no es absurda, sino que pone de manifiesto un significado y designio bueno para cada uno y para el mundo, más allá de todas las incertidumbres históricas en las que nos vemos inmersos.

En estas jornadas se ha hecho realidad un diálogo entre la experiencia cristiana de los organizadores, el pensamiento ilustrado y las preguntas y búsquedas de nuestros contemporáneos. Como se deduce de las diversas intervenciones en este evento cultural y misionero, la dinámica de la confianza necesita personas capaces de testimoniar el sentido de la vida y de suscitar una auténtica educación, que no puede ser reducida a ideología ni acaparada por el Estado, como estamos viendo estos días con la nueva ley de educación.

Precisamente por el peso del desánimo y del escepticismo en las circunstancias actuales, es aún más necesario celebrar eventos como EncuentroMadrid; un espacio para encuentros, en muchos casos inesperados, con personas de las más diversas tradiciones, fruto de una confianza que algunos se atreven a poner en juego en este momento difícil para contribuir, desde su identidad cristiana, a una verdadera convivencia civil.