Se cumplen doscientos años de una de las instituciones culturales más representativas de España, el Museo del Prado. La presencia de la Reina Letizia para inaugurar una exposición de dibujos de Goya, en el contexto de los actos conmemorativos del bicentenario, ratifica la trascendencia del principal museo de España, custodio de algunas de las expresiones pictóricas más sublimes de la humanidad.

El Prado abrió sus puertas el 19 de noviembre de 1819 con una exposición cuyos fondos procedían de la Colección Real, y se ha convertido en uno de los museos más visitados del mundo y en un referente de adaptación a los nuevos tiempos en los que las nuevas tecnologías están modificando nuestra forma de mirar y de contemplar la belleza. España debe sentirse orgullosa de consevar un patrimonio pictórico y escultórico que es un tesoro de la humanidad y que refleja la historia de cómo el hombre se ha sentido interpelado por la belleza de la creación y de lo humano.

Por las salas de este templo del arte, como si fuera un espejo en el itinerario de la vida de cada uno, la persona que visita El Prado contempla los grandes relatos que han fascinado a la humanidad, las gestas de las que nos sentimos orgullosos y también los desastres que nos han hecho rectificar. Y sobre todo se encuentra con las más bellas representaciones de Cristo, de su Madre y de los testigos del resucitado. El bicentenario del Museo del Prado debe ser una oportunidad para sentirnos orgullosos de una España que sabe cuidar aquello que la hace ser en una gran nación.