No podemos vivir como si no hubiera sucedido
Los defensores de la libertad y de la democracia se jugaban a diario la vida

Escucha la Línea Editorial del martes 14 de octubre
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Llega a las plataformas, después de algunos días en la cartelera, Un fantasma en la batalla, la última película de Agustín Díaz Yanes que cuenta la historia de una guardia civil que durante años fue un topo en ETA. Se completa la perspectiva que ya ofreció la cinta La infiltrada. En esta película se ofrecen más detalles del contexto y de la actuación de la banda terrorista en los años 90 y en los comienzos de este siglo. El uso por parte del director de material de archivo, imágenes reales de los asesinatos de Miguel Ángel Blanco, del periodista José Luis López de Lacalle, del socialista catalán Ernest Lluch, así como del secuestro de Ortega Lara, supone para el espectador un auténtico choque con la memoria de lo que sucedía en la España de hace 35 años. ETA había optado en ese momento, tras la detención de su cúpula en Bidart y la pérdida del monopolio del espacio público, por lo que llamó “la socialización del sufrimiento”. Los defensores de la libertad y de la democracia se jugaban a diario la vida teniéndose que enfrentar a una parte importante de la sociedad vasca que muchas veces permanecía silente o anestesiada.
Un fantasma en la batalla retrata la crueldad de los terroristas, el heroísmo de algunos y el despertar de una sociedad que poco a poco descubre que España tiene que hacer frente a ETA. No podemos vivir como si lo que ha sucedido en nuestro pasado reciente no hubiera ocurrido. Hay todavía demasiados que no han pedido perdón por lo que hicieron. Es de agradecer que, desde el mundo de la ficción, con estas y otras películas, y con algunas novelas publicadas en los últimos años, se haga memoria de aquella barbarie.