El paso adelante de Emiliano García-Page

Un síntoma evidente de la gravedad de la situación política española son las declaraciones de ayer del presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el varón con mayor apoyo electoral de todos los líderes regionales socialistas. García-Page pidió ayer a Pedro Sánchez que convoque elecciones generales antes de que se celebren las municipales y autonómicas. Una forma de decir que es Pedro Sánchez quien debe asumir la responsabilidad de lo que está pasando. El pánico a una debacle electoral del PSOE en las primeras elecciones que se celebren está haciendo mella en un partido que asiste atónito a la pérdida de credibilidad de sus siglas. Mientras, Sánchez se mantiene en silencio, sobrepasado por los casos de corrupción en su entorno inmediato y la parálisis a la que le someten sus aliados de legislatura. El silencio de Sánchez es también el silencio de un PSOE que aún no ha aclarado su relación con las actividades su ex militante Leire Díez.

Es lógico que haya socialistas que empiecen a pensar qué pasará en el PSOE después de Sánchez. Hay en ese partido personas que siguen siendo referentes morales y que no ovidan lo que significan el sentido de Estado, los valores de la socialdemocracia, y una política al servicio real de los ciudadanos. La sensación de fin de ciclo, que puede durar más o menos, debería ser aprovechada para recomponer un partido político, el PSOE, que debe contribuir a la estabilidad y a configurar un proyecto para España sin muros ni divisiones.