La Pasión por las calles de Roma

En este año jubilar, atravesado por la Esperanza –con mayúscula-, que tantas imágenes nos está dejando para la historia, los desfiles procesionales de la Semana Santa española han llenado de pasión, durante unos días, las calles de Roma. Ha sido un luminoso Jubileo de las Cofradías, mencionado por el papa León XIV en la homilía de la Misa de Inicio de su pontificado. 

Impone ver la imagen del Cachorro procesionando junto al Coliseo Romano, por citar solo un ejemplo icónico de lo que se vivido estos días en Roma y en El Vaticano. Junto al Cachorro de Sevilla, han desfilado otros pasos como la Esperanza de Málaga, el Nazareno de León e imágenes de otras cofradías llegadas de Portugal, Francia o la misma Italia. 

La piedad popular, tan arraigada en las cofradías de muchos lugares de España, es una oportunidad única de evangelización en tiempos en los que urge una presencia de los católicos en la vida pública. Detrás de todo lo que se ve, y en torno a lo que a veces se frivoliza, en las Cofradías hay verdadera misión evangelizadora, en la que muchas personas se desviven por los demás durante todo el año. Esa vida menos conocida de las cofradías bien merece que se pose en ella el foco de la actualidad y que, por medio de la eficaz vía de la belleza, los tesoros de arte que procesionan puedan tocar el corazón de tanta gente que providencialmente los encuentra en la calle, poniéndolos frente a frente con el Misterio del bien, de la verdad y de la belleza que se ha hecho carne.