Lo de Gallardo en Extremadura también era lo que parecía
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Madrid - Publicado el - Actualizado
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Estamos conociendo tal cantidad de casos de corrupción que corremos el riesgo de que algunos terminen pasando casi desapercibidos, a pesar de su objetiva gravedad. Es el caso del líder socialista extremeño, Miguel Ángel Gallardo. El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura le ha dado un tremendo varapalo al no reconocer su aforamiento exprés y devolver el caso completo del hermano de Pedro Sánchez a la juez de instrucción.
Gallardo fue procesado por presunta prevaricación administrativa y tráfico de influencias en la contratación de David Sánchez para un puesto en la Diputación de Badajoz, que por lo que parece fue creado a medida para el hermano del presidente Sánchez. En una treta vergonzosa, Gallardo tomó posesión como diputado autonómico justo antes de la apertura de juicio oral, para disfrutar así de aforamiento e intentar que la causa fuera trasladada al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.
Ahora, ese mismo Tribunal le saca los colores al político socialista y describe lo que, a todas luces, parece un fraude de ley. La jueza dice que el proceso para lograr el aforamiento se hizo de forma apresurada y torticera y que se trataba de un movimiento para, entre otras cosas, evitar del Juzgado de Instrucción. Es un caso más, que no puede ser considerado anecdótico. En su conjunto, todos estos casos dibujan lo que ha sido una determinada forma de entender la política, y también da idea de lo arduo que va a ser emprender la regeneración de la vida pública.