Falta de ejemplaridad
Estamos ante un caso de falta de ejemplaridad patente. Estamos hablando del presidente del Gobierno y de su mujer

Escucha la Línea Editorial del sábado 27 de septiembre
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hoy comparece la mujer del presidente del Gobierno en los juzgados para que el juez Peinado, que investiga un posible delito de malversación de Begoña Gómez, le comunique que ha decidido, si se abre juicio oral, que el proceso sea con jurado. No estamos todavía ante la apertura del juicio, quedan algunas diligencias, pero el magistrado entiende que hay indicios de que se cometió ese delito, porque su asesora en Moncloa, Cristina Álvarez, también imputada, estuvo trabajando para negocios privados de la mujer del presidente. Pedro Sánchez ha insistido en las últimas horas en señalar que su mujer es inocente. Y lo es mientras no sea condenada. De momento está siendo investigada por malversación, tráfico de influencias, apropiación indebida, corrupción en los negocios e intrusismo.
El juez Peinado, al comenzar sus investigaciones, no consideró que hubiese indicios de malversación y ha cambiado de criterio. Una vez acabada la instrucción serán otros jueces los que se ocupen del caso y Begoña Gómez puede ser absuelta. Pero estamos ante un problema que no es solo penal. La actividad de la asesora Cristina Álvarez, pagada con el dinero de todos, en favor de Begoña Gómez puede no ser un delito de malversación. Las cartas de recomendación firmadas por Begoña Gómez en favor de su socio Juan Carlos Barrabés para que consiguiera contratos del Estado pueden no ser constitutivas de un delito de tráfico de influencias. Pero no toda la responsabilidad política debe sustanciarse por vía jurídica. Estamos ante un caso de falta de ejemplaridad patente. Estamos hablando del presidente del Gobierno y de su mujer.