Ecuador mira al futuro
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Madrid - Publicado el
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Los ecuatorianos llegaron a las elecciones del pasado domingo con unos sondeos que hablaban de empate técnico entre Noboa y González. El resultado electoral señala una mayoría holgada para Noboa y la derrota, por tercera vez consecutiva, del correísmo.
Luis González no reconoce los resultados. Sus aliados, incluso los que no se atreven a hablar de fraude, sí pretenden salpicar la victoria de Noboa con argumentos que cuestionan la libertad real de los votantes y con acusaciones, más o menos veladas, que apuntan a un Noboa aliado de las élites económicas y de intereses financieros inconfesables.
Noboa no ha disimulado una gestión férrea del poder tras la primera vuelta de las elecciones con el argumento de fondo de que Ecuador debe enfrentarse al narcotráfico y a los cárteles mexicanos. Y es cierto, Ecuador se ha convertido en un país extremadamente peligroso para sus ciudadanos en el que la democracia corre el riesgo de morir.
Pero, con un 55% de apoyo popular, Noboa debiera poder gobernar sin aplastar a sus contrarios. Correa y el correísmo están fuera de juego, y también el fantasma de Venezuela, pero en América Latina en general, y Ecuador en particular, el Estado de Derecho tiene graves problemas que afrontar. El clientelismo y las tentaciones autoritarias son solo dos de ellos



