Dudas sobre nuestro modelo energético
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Madrid - Publicado el
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El apagón de este lunes en España constituye un acontecimiento de extrema gravedad. Millones de ciudadanos se vieron expuestos a situaciones de peligro e incertidumbre y los daños económicos aún están lejos de poder estimarse con precisión. A este injustificable colapso energético le siguieron una comunicación insuficiente por parte del Gobierno y una total ausencia de rendición de cuentas. El Ejecutivo se muestra ahora incapaz de asumir y distribuir responsabilidades con la diligencia debida. Más grave aún es el intento de construir un relato con culpables ficticios, con el objetivo de eximir de responsabilidad al operador único, Redeia, una empresa controlada por el Gobierno. Intentar culpar al sector privado de lo sucedido o mantener abierta la hipótesis del ataque exterior parecen burdas maniobras de distracción que difícilmente pueden convencer a nadie.
El apagón debería servir como punto de partida para replantear, con serenidad y rigor técnico, el modelo energético de España. La ideología nunca debe sustituir al juicio experto y, si la creciente dependencia de las energías renovables está generando inestabilidad en el sistema, deben tomarse medidas de forma inmediata. La propia Teresa Ribera ha mantenido posturas contradictorias respecto al cierre de las centrales nucleares; de hecho, su criterio como ministra no coincide con el que defiende ahora como comisaria europea. Esta incoherencia es una prueba más de que el debate energético en España no puede considerarse cerrado.