Al final no fue la polémica sobre el Máster de la Universidad Rey Juan Carlos lo que ha precipitado la dimisión de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. La publicación de unas imágenes que implican a Cifuentes en un supuesto hurto en un supermercado ha sido la gota que ha colmado el vaso, y se ha llevado por delante la carerra política de una mujer que había hecho de la lucha contra la corrupción emblema de su gobierno.

Las endebles explicaciones ofrecidas sobre las irregularidades de su Máster y el vídeo publicado hoy han hecho insostenible su posición política. Primero por la retirada del apoyo de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, pero sobre todo porque su desempeño se basa en la confianza de una ciudadanía que ha asistido perpleja a un proceso en el que se han mezclado sus propios errores con una auténtica cacería política.

Ahora es urgente poner coto al escepticismo y a la desconfianza con un discurso moral y político sólido, y con una respuesta adecuada al nuevo escenario que se abre en una de la Comunidades más ricas y dinámicas de España. Es la hora de la responsabilidad para todos: para el PP, tocado por una serie de escándalos que enfangan una gobernación exitosa en muchos aspectos; para Ciudadanos, que debe mostrar un horizonte que vaya más allá del oportunismo y la conquista del poder; y para el PSOE, que no debería abonarse al populismo fácil sino a un esfuerzo común de regeneración.