Giro en la opinión pública de Cataluña. Aumenta en diez puntos, hasta el 54 por ciento, el rechazo a la secesión. Los partidarios de la independencia han bajado diez puntos desde octubre, hasta el 40,8%. Son los datos del CEO, el equivalente catalán del CIS. Estos resultados son un vuelco, especialmente respecto a la situación del pasado verano. Menos de un 20 por ciento apoyan la secesión unilateral, la que se quiso promover el pasado mes de octubre. Es fácil imaginar las causas de este giro. Los procesos judiciales en marcha han provocado que buena parte de los líderes independentistas hayan apostado por una interpretación simbólica de la secesión. Es lógico que declaraciones de ese tipo hayan provocado desencanto en quienes creyeron de buena fe en la independencia.

La encuesta se realizó en el mes de enero, después de semanas de aplicación del artículo 155 que mantiene intervenida la Comunidad Autónoma. Este mecanismo no ha generado, como algunos temían, más independentismo. Parece que al menos un diez por ciento de los catalanes han caído en la cuenta que la independencia que se prometía no era ni posible ni solución para los problemas que tiene esa parte de España. La tarea en Cataluña, junto a la recuperación de la cohesión social y la concordia, es recuperar el principio de realidad. Un dato importante: la lista de Puigdemont se queda en intención de voto por detrás de ERC. Una razón más para desbloquear la situación del fugado en Waterloo.