La UE aplaza la votación sobre la oficialidad del catalán por la falta de unanimidad por las dudas legales
Dudas legales, financieras y políticas que también afecta al gallego y Euskera

La ministra portavoz, Pilar Alegría, asegura que el Gobierno seguirá trabajando en su aprobación
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los países de la Unión Europea aplazaron este martes la votación sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la Unión Europea, ante la falta de unanimidad entre los Veintisiete por las dudas legales, financieras y políticas, aseguran diversas fuentes diplomáticas.
Una decena de países han pedido expresamente que se retirase la votación del orden del día, tal como había pedido el Gobierno español; y Polonia, que ostenta la presidencia rotatoria de la UE y le corresponde moderar los debates, decidió aplazar la cuestión para más adelante.
"Hoy espero que no tengamos que votar porque la cuestión no está madura", apuntó ya el ministro finlandés de Asuntos Europeos, Joakim Strand, a su llegada al Consejo de Asuntos Generales de la UE.
En este sentido, apuntó que hay que tomarse "muy seriamente" las "dudas legales" que han expresado oralmente los servicios jurídicos del Consejo de la UE conforme a la adecuación de la cuestión con el artículo 55 del Tratado de Lisboa referente a las lenguas originarias en las que está redactado.
Entre los ministros que hablaron ante la prensa, solo Dinamarca y Eslovenia aseguraron que habrían votado a favor de la petición española, si se hubiese sometido a votación.
El Gobierno español intensificó sus contactos con las capitales europeas en las últimas semanas y realizó cambios a su propuesta inicial para tratar de vencer las reticencias existentes entre los Veintisiete.
España se comprometió a que la traducción de la legislación de la UE a los tres idiomas se haga por fases, a partir de 2027, empezando primero por los reglamentos desde el año 2017 y dejando para más adelante el resto de decisiones, como las directivas comunitarias.
También insistió en que asumirá el coste que supondría traducir la legislación comunitaria al catalán, el euskera y el gallego, que según una estimación preliminar de la Comisión Europea, basada precisamente en la experiencia del gaélico, ascendería a los 132 millones de euros.
El Gobierno seguirá trabajando por el reconocimiento del catalán
La ministra portavoz, Pilar Alegría, ha asegurado que el Ejecutivo seguirá "trabajando y dialogando" con los socios europeos para que se reconozcan en la UE las lenguas cooficiales españolas, tras posponerse la votación prevista para este martes en Bruselas al no contar con la unanimidad requerida.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros y preguntada por la presión de Junts, Alegría ha asegurado que "el compromiso es claro" y el objetivo es trabajar "desde ya" para convencer "cuanto antes" a todos los países miembros.
Ha explicado que el Ejecutivo lleva años trabajando con los socios europeos para que se reconozca la "identidad plurilingüe" del país y en las últimas semanas se habían conseguido "grandes avances", con un "amplio" grupo de Estados dispuestos a apoyar esta medida.
Sin embargo, un grupo "menor", que no ha cuantificado, ha solicitado más tiempo e información y España ha decidido aceptar esa petición para seguir dialogando.
Alegría ha arremetido contra el PP por su "posición contraria" al reconocimiento de las lenguas cooficiales en la UE y en especial ha criticado a su líder, Alberto Núñez Feijóo, del que ha dicho que "ya no le gusta el gallego" pese a que defendió su uso "normalizado" en las escuelas de Galicia cuando era presidente de la Xunta.
Entiende que ahora "ya no está de acuerdo" con el reconocimiento de la "realidad plurilingüe" de España y ha recordado que la utilización del catalán, el euskera y el gallego está reconocida en esta legislatura en el Congreso, de modo que todos los diputados pueden intervenir en sus propias lenguas en todas las actividades.
La portavoz ha revelado que al Gobierno le parecía que la próxima celebración de los 40 años la adhesión de España a la UE era una "fecha muy significativa" para lograr un reconocimiento para el que, ha reiterado en su comparecencia, el Ejecutivo seguirá trabajando.