Sánchez y Trudeau exhiben sintonía como aliados y en defensa de la democracia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, han mostrado su total sintonía como aliados ante los desafíos derivados de la guerra de Ucrania y por las consecuencias de la pandemia tras una reunión donde han ratificado su compromiso con la defensa de la democracia.

Sánchez ha recibido a Trudeau al término de la cumbre de la OTAN celebrada los dos últimos días en Madrid, una cita cuya trascendencia han subrayado en unas declaraciones a la prensa sin preguntas después de la primera visita oficial a España del primer ministro, aunque ambos ya se conocen de citas anteriores.

De hecho, en sus comparecencias ambos han hecho gala de la coincidencia en sus visiones del mundo, desde las políticas feministas que desde sus Ejecutivos defienden incluso fuera de sus fronteras hasta la preocupación por el cambio climático, la injusticia social o los derechos de los trabajadores.

"Somos aliados, somos socios estratégicos y amigos y nos unen vínculos de todo tipo, también personales, y nos une una visión compartida sobre el mundo; compartimos una manera de ser y estar en el mundo", ha enfatizado Pedro Sánchez.

Además, más allá de la política de seguridad y de defensa de los derechos humanos y de la democracia, el jefe del Ejecutivo ha hecho un llamamiento a las empresa canadienses para que inviertan en España aprovechando los fondos europeos de recuperación económica, puesto que "son una gran oportunidad para las empresas canadienses", ha dicho.

En esta misma línea, Trudeau ha abogado por poner en marcha políticas progresistas que permitan a los trabajadores de ambos países tener mejores salarios y mejores empleos y ha valorado los efectos positivos que ha tenido el acuerdo económico entre Canadá y la UE.

No obstante, el mandatario canadiense ha lamentado la situación de carestía de los combustibles y de los alimentos derivada de la guerra de Ucrania, que afectan a todos los países, pero especialmente a los más pobres.

Por ello, ha apostado por que Canadá y España sigan apoyando a las naciones menos desarrolladas y que ambos países mantengan su "voz fuerte" en defensa de la democracia.