Putin le pide a Trump reunirse en los próximos días, antes de un posible encuentro a tres con Zelenski
Según ha podido saber COPE, el presidente estadounidense estaría por la labor de verse con su homólogo ruso y ucraniano por separado, antes de hacerlo juntos

Madrid - Publicado el
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El programa La Linterna de la Cadena COPE ha desvelado esta tarde una información de última hora que podría marcar un punto de inflexión en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Según ha confirmado el corresponsal de COPE en Washington, David Alandete, el gobierno ruso ha trasladado al estadounidense su disposición a organizar una reunión entre el presidente Vladimir Putin y su homólogo Donald Trump la próxima semana. Este encuentro, que se produciría en un lugar aún por determinar, podría ir seguido de una cumbre trilateral con el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, en un intento por alcanzar un alto el fuego en Ucrania.
La noticia surge tras una reunión de tres horas en Moscú entre el enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, y el propio Putin. Witkoff, una figura clave en la diplomacia de Trump, inicialmente designado para mediar en la crisis de Oriente Próximo y ahora ampliando su rol como negociador en Ucrania, habría logrado avances significativos durante el encuentro. Según Alandete, "Trump ha acelerado el calendario tras lo discutido en esa reunión, pasando de marginar a Zelenski a plantear una cumbre a tres bandas". Este giro sugiere que el Kremlin podría estar dispuesto a flexibilizar su postura, aunque aún no ha confirmado públicamente los detalles.
Tras la reunión en Moscú, Trump mantuvo una llamada con varios líderes europeos, incluidos el canciller alemán Friedrich Merz, el primer ministro británico Keir Starmer, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y Zelenski. En esa conversación, el presidente estadounidense habría expresado su intención de reunirse con Putin en los próximos días, aunque el lugar sigue siendo una incógnita. "Podría ser en Escocia, en un campo de golf o incluso en Arabia Saudí, donde Trump se sentiría cómodo y con garantías de seguridad", apuntó Alandete, destacando la imprevisibilidad que caracteriza la diplomacia del expresidente.
El contexto es urgente: el ultimátum de 10 días que Trump lanzó a Putin para detener la guerra vence este viernes, 8 de agosto, y la Casa Blanca ha reiterado que impondrá sanciones "devastadoras" a Rusia y a sus socios comerciales (como India y China) si no hay un acuerdo. Sin embargo, el tono optimista de Trump tras la reunión de Witkoff, calificada como "muy productiva" en sus redes sociales, y su insistencia en que "todos coinciden en que la guerra debe terminar" apuntan a que Moscú podría estar dispuesto a concessions, como una tregua aérea o el cese de bombardeos estratégicos.
No obstante, persisten las dudas. Zelenski, aunque ha celebrado que "Rusia parece inclinarse hacia un alto el fuego", ha advertido contra posibles engaños: "La presión está dando resultados, pero no podemos dejarnos manipular". Por su parte, el Kremlin insiste en que cualquier cumbre con Zelenski solo ocurriría tras un acuerdo previo entre expertos, una postura que hasta ahora ha servido para ralentizar las negociaciones.
La posible reunión Trump-Putin refleja también el cambio en la estrategia de Washington. Tras meses de frustración por la negativa rusa a detener la ofensiva, Trump, que en febrero alababa la "sabiduría" de Putin, ha endurecido su retórica, calificando los ataques rusos como "repugnantes" y autorizando el envío de armas a Ucrania. Según Alandete, "algo ha debido decir Putin a Witkoff para que Trump confíe en que su carisma personal puede lograr lo que la diplomacia tradicional no ha conseguido: un gesto de paz".
Mientras, en el terreno militar, Ucrania sigue sufriendo bombardeos rusos, como el ataque a un centro recreativo en Zaporiyia que mató a seis civiles. Zelenski ha denunciado estos actos como "crueldad calculada", mientras su gobierno urge a Occidente a aprobar sanciones más duras contra el sector energético ruso. La cumbre trilateral, de materializarse, sería un hito, pero como resume Alandete, "Putin quiere una victoria; Trump, un acuerdo. Y Zelenski sabe que su país paga el precio de esa diferencia”.