El número de contagiados por el brote de cólera en el norte de Argelia ascendió a 56 personas, sin que las autoridades hayan encontrado aún el foco de infección, informó este miércoles la prensa local.

Según los medios, otras 113 personas están siendo examinadas por los médicos ante la posibilidad de que pudieran haberse contagiado a causa del brote, que ya ha segado la vida de al menos dos personas en la provincia de Blida, limítrofe con Argel.

"Los comunicados emitidos hasta el momento por el Ministerio de Salud detallan la distribución geográfica de los pacientes, pero nunca abordan cuestiones relacionadas con la investigación epidemiológica y aún menos el origen de la enfermedad", afirma este miércoles el diario local "Tout sur l'Algerie".

"El comunicado de prensa del martes no proporciona las fechas en las que se detectó el contagio de cada paciente. Por tanto, es imposible determinar con certeza de dónde proviene la epidemia y es probable que incluso ni el Ministerio de Salud lo sepa", conjetura.

Las primeras investigaciones apuntan, sin embargo, a que el foco podría estar en una fuente pública de la provincia de Bouira, situada a unos 100 kilómetros de Argel y en la que se han registrado 12 casos de contagio.

Hasta ahora, los especialistas habían excluido la contaminación del agua y privilegiaban la hipótesis del consumo de frutas y verduras contaminadas.

El brote ha generado, además, una agria polémica en el país después de que "Tout Sur l'Algérie" acusara al ministerio de Salud y al Instituto Pasteur de Argel de "negligencia", al conocer los resultados de los análisis y no haber informado de forma inmediata a los equipos médicos.

Según el diario árabe "El Khabar", desde el 15 de agosto al menos cuatro personas- tres de la misma familia- fallecieron en un hospital de Bouira por "causas desconocidas", y presentaban síntomas similares.

En este ambiente, el presidente del Consejo Nacional del Colegio de Médicos Argelinos, Mohamed Bekkat Berkani, ha acusado al ministerio de ser "incapaz" de controlar la epidemia y defendió la creación de un organismo nacional de vigilancia sanitaria.

El pasado jueves, el director de prevención del ministerio, Djamel Fourar, admitió la presencia de la enfermedad, pero aseguró que se trata de casos "aislados", cuyo origen sería la falta de higiene, por lo que descartó declarar el estado de emergencia.