“El virus sigue presente y no podemos confiarnos”. Esta es una frase que ha repetido en varias ocasiones Sophie Wilmès, Primera Ministra de Bélgica. Sí que es verdad que cada vez hay menos fallecidos y menos pacientes en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales, de todas formas como en otros países europeos, se están registrando nuevos casos que generan preocupación entre los expertos.

Esta semana se han cancelado las clases en dos colegios y una guardería de Bruselas después de que algunos niños diesen positivo por coronavirus. Una situación que ha obligado ha poner en cuarentena a gran parte de los alumnos que acudían diariamente al centro. Especialistas en la materia aseguran que contaban con este tipo de episodios cuando se autorizó la reapertura de los colegios en todo el país.

Además, hace unos días se registraron 21 nuevos contagios entre los trabajadores del aeropuerto de Lieja. Se trata de un aeropuerto con muy poca actividad y que cuenta con unos 200 trabajadores.

Son casos aislados pero que ponen de manifiesto que el virus sigue presente entre la población. La apertura de bares, restaurantes y terrazas en Bélgica ha provocado también una relajación entre los ciudadanos ante medidas tan importantes como guardar la distancia social o llevar mascarilla en lugares cerrados.