Como en tantas otras cosas, Pedro Sánchez suscribió un cambio de planes. En esta ocasión para el Valle de los Caídos. Una vez salgan los restos de Francisco Franco del Valle de los Caidos, consideró imposible destinar el lugar, por sus “connotaciones”; a la reconciliación y abogó por consagrarlo como un “cementerio civil” para las victimas de la contienda, de la Guerra Civil, y del franquismo, que están allí enterradas. Eso sí, apuntó el presidente del Gobierno en una charla informal con periodistas, “manteniendo la basílica”.

Lejos queda pues una proposición de ley del PSOE, en tramitación en el Congreso de los Diputados desde 2017 que decía textualmente que “El Valle de los Caídos será lugar de memoria de las víctimas de la guerra civil y dictadura de acuerdo con los principios de pluralismo, reconciliación, paz y democracia que consagra la Constitución”.Y el texto parlamentario añade de manera literal: “El Valle de los Caídos se reconvertirá en un centro nacional de Memoria, impulsor de la cultura de la reconciliación, la memoria colectiva democrática y la dignificación y reconocimiento de las víctimas de la guerra civil y la dictadura”. Todo ello ha sido aparcado a la luz del último bandazo de Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno ha hallado una nueva inspiración en Chile para repensar su Memoria Histórica. En medio del debate en España por la exhumación de Franco, Sánchez incluyó sobre la marcha, a su paso por Santiago de Chile, una visita al Museo de la Memoria, que recoge las violaciones de derechos humanos durante el régimen de Pinochet. El jefe del Ejecutivo recorrió diversas estancias y se detuvo en particular frente a una pared que cuenta con centenares de fotografías de víctimas de la dictadura. En el entorno monclovita subrayaron de inmediato la emoción del presidente del Gobierno.

Tanto es así que el propio Sánchez desveló que se hizo socialista a raíz de conocer los acontecimientos que vivió el país. Con todo, “está de actualidad la Memoria Histórica, en España y en Chile. Por eso, debíamos estar aquí”, apostillaron cercanos al Presidente. En charla informal con los periodistas que le acompañamos en su gira por países latinoamericanos, Sánchez destacó que “en Chile nos llevan ventaja. Ellos ya han hecho su comisión de la Verdad”. El PSOE tiene tramitada desde 2017 una proposición de ley de esas características y formará parte del debate que el Ejecutivo quiere abrir en las Cortes.

Ya en rueda de prensa conjunta con Evo Morales en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), Pedro Sánchez dejó claras sus intenciones: “Una comisión de la Verdad, que sea lo más plural posible, que estén incorporadas todas las perspectivas históricas sobre la Guerra Civil y la dictadura. A partir de ahí, que se cierren las heridas de una vez por todas que desgraciadamente se siguen sufriendo en nuestro país”.

Así las cosas, y en conversación informal, el jefe del Ejecutivo vio la oportunidad para cargar contra Pablo Casado, quien, en su opinión, ha perdido una oportunidad para evidenciarse como el líder de “una derecha moderna”, “presta a sacudirse su pasado” franquista. Claro que, a su juicio, más inexplicable aún resulta la oposición de Albert Rivera y suC's a la exhumación del dictador.

Incorporada la Memoria Histórica a su discurso político, Sánchez reconoció que su promesa de que “en breve” trasladaría a Francisco Franco del Valle de los Caídos fue a todas luces una precipitación, motivada por su desconocimiento de la complejidad del proceso. Los golpes de titulares a menudo tienen esas cosas, pero el presidente del Gobierno promete dar aún muchas vueltas de tuerca a una cuestión clave para la izquierda, o al menos un sector de la misma, y con la que aspira a estigmatizar tanto a PP como a C's.