Los políticos apuran sus últimas días de vacaciones. Este mismo viernes habrá ya Consejo de Ministros y, aunque la actividad parlamentaria no se reiniciará de manera ordinaria hasta la segunda semana de septiembre, es muy probable que ésta se reúna la Diputación Permanente para debatir las diferentes comparecencias parlamentarias solicitadas por la oposición.

Si se da luz verde a estas peticiones, los ministros de Interior y Trabajo tendrían que explicar su labor ante las últimas oleadas de inmigrantes llegadas a nuestras costas; El PP ha exigido además a Fernando Grande-Marlaska que detalle si va a haber más acercamiento de presos; y a Josep Borrell, que dé cuenta de las acciones que está llevando el Gobierno ante el cierre unilateral de la aduana con Melilla por parte de Marruecos, algo que podría costar a la ciudad autónoma, cien millones de euros.

Hasta allí se desplazará precisamente el martes Pablo Casado para apoyar a los melillenses y poner el foco en este problema. El líder de la oposición sigue multiplicando su presencia por toda España y haciendo lo que en el PP llaman, la verdadera encuesta, la que apunta, subrayan, a que el nuevo presidente popular ha vuelto a ilusionar a muchos y ha dado un nuevo impulso al partido a pesar del “ruido”, del caso Máster. Prueba de ello, insisten, es que la gente se vuelca con él allá por donde va.

Mientras tanto, Sánchez prepara su primera gira iberoamericana. Un viaje que le llevará a finales de mes a Chile, Colombia, Bolivia y Costa Rica, y que le servirá para preparar también con sus homólogos de esos países la Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar en Guatemala a mediados de noviembre. Precisamente el PP criticó duramente la semana pasada la política internacional del Ejecutivo, por no enviar a ningún representante del Gobierno a las tomas de posesión del presidente colombiano Iván Duque, y del paraguayo, Mario Abdo; y por no haber nombrado todavía al nuevo embajador en Turquía, en plena crisis económica de ese país.