Hace tan solo dos días, el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos tumbaba los dos recursos presentados contra la actuación policial, y por ende contra España, por los altercados de la policía durante el proceso independentista del 1-O.

Dos recursos que se interpusieron a principios del mes de agosto del año 2020 por parte de dos vecinos de una comarca de Barcelona. El juez lo ha dejado claro: la resolución es "definitiva" y no cabe ningún tipo de recurso. Con esta decisión, no solo tumba los recursos a favor del independentismo catalán, sino que además tira también por tierra la justificación de que aún existen "3.000 represaliados", tal y como defienden las formaciones separatistas.

Estos son, según ellos, personas que tienen algún tipo de causa abierta con la justicia por participar de alguna forma en el referéndum ilegal. En este punto, estamos hablando de personas normales, cargos políticos intermedios e incluso representantes de medios de comunicación catalanes. Una serie de premisas justificativas que caen por tierra como consecuencia de la sentencia del TEDH y deja así al independentismo más dañado que nunca.

La mesa de negociación, sin fecha y con objetivos secesionistas

Llegados a este punto, y con la mesa de negociación en el horizonte, la sentencia del Tribunal de los Derechos Humanos ha dejado 'tocado' al movimiento independentista. Lo cierto es que desde la salida de los exaltos cargos catalanes de las prisiones en las que cumplían condena, han clamado reiteradamente por la vuelta de los "exiliados" en el extranjero que, siguiendo la línea lógica, incluye también al expresidente catalán, Carles Puigdemont.

Llegados a este punto, no sabemos hasta qué punto desde ERC podrían estar interesados en una vuelta inmediata del exlíder catalán. Estamos hablando de una lucha interna entre ERC (liderada por Oriol Junqueras) y JxCat (dirigida por Carles Puigdemont, en la distancia, desde Waterloo).

Con la mesa de negociación, previsiblemente, a una semana vista, lo único que está claro es que la principal exigencia de la parte catalana es el referéndum. Algo que el equipo de Sánchez rechaza, a priori, rotundamente. Tampoco podemos olvidar los 56 traspasos que ya solicitó hace unas semanas el Govern catalán.

No obstante, los principales asuntos a tratar girarán alrededor de los cambios en el Govern, así como la amnistía o la autodeterminación que ya desde la salida de los exaltos cargos catalanes de las prisiones, se vienen reclamando.

Tal y como ha asegurado recientemente el presidente catalán, Pere Aragonès, la intención del Govern es ir con "toda la determinación y ambición para encontrar una solución", que para su Ejecutivo pasa precisamente por esto: amnistía y referéndum de autodeterminación. "Es importante volver a los elementos básicos que dan inicio a esta negociación", dijo el president. "La posición del Gobierno de Cataluña es conocida, la del Gobierno del Estado también. Una negociación debe avanzar conociendo razones y desarrollando intereses que están detrás de las posiciones de cada parte".