Los efectos de la quinta ola de la pandemia de la covid-19 en las residencias de mayores siguen teniendo consecuencias graves y, así, en la última semana los fallecidos contabilizados han sido 103 frente a los 71 de la anterior, aunque los contagios se ralentizan (1.068 frente a 1.150 casos).

Estos datos figuran en el informe que el Imserso comenzó a publicar a principios de marzo, que se actualiza todas las semanas y que este viernes se refiere al periodo entre el 2 y el 8 de agosto.

El impacto de la quinta ola en las residencias de mayores ya se reflejó en la penúltima semana de julio, cuando los fallecimientos pasaron de 8 a 37 y los contagios se duplicaron hasta los 1.029.

No obstante, el efecto de la vacunación masiva en las residencias se percibe en la letalidad de los casos, que es del 19,93 % desde el inicio de la pandemia y solo del 6,8 % desde que se completó el proceso de inmunización en las residencias.

En el conjunto de centros residenciales, es decir, incluyendo los centros de personas con discapacidad y otros alojamientos de servicios sociales, la cifra de contagios de la última semana es de 1.265 y la de fallecidos de 104, de los que 76 murieron en el hospital y el resto en establecimiento residencial.

La incidencia a 14 días se ha elevado a los 747 casos por 100.000 habitantes.

Al igual que ocurrió en la semana anterior, es Cataluña la comunidad más castigada por la quinta ola y acumula casi la mitad de los fallecimientos de los siete días estudiados, 32, por delante de los 14 de Castilla y León y los 8 de Andalucía.

Siete se registraron en La Rioja y en Madrid; 6 en Aragón y Asturias; 5 en Murcia; 4 en Castilla-La Mancha; 3 en Canarias, Extremadura y País Vasco; 2 en Galicia y Navarra; y 1 en Baleares. No hubo ni en Cantabria y ni en la Comunidad Valenciana.

Respecto a los contagios registrados en la última semana, también es Cataluña la región con peores cifras (217), por 129 de Madrid y 119 de Castilla-La Mancha.